miércoles, 27 de julio de 2011

Haciendo leña del árbol caído

Me gustaría comentar dos cosas más en relación con el fallecimiento de Amy Winehouse.

En primer lugar, debo confesar que estoy anonadado, y hasta asqueado, de leer en los últimos días ciertos comentarios por internet que dicen que se lo ha merecido, que es todo culpa suya, que era una niña malcriada a la que le gustaba alardear de sus vicios, etc.

Vamos a ver: ¿Quién nos ha elegido para ser jueces de las vidas de otros? ¿Por qué esa obsesión con juzgar, culpabilizar, condenar y moralizar? ¿Quién nos ha nombrado juez y parte de sus vidas, de sus decisiones, de sus problemas, de sus errores y aciertos? ¿Acaso no comprenden o no quieren comprender que Amy era la hija de alguien, la hermana de alguien, la sobrina de alguien, la amiga de alguien? ¿De verdad opinarían estas personas lo mismo si el fallecido fuese su hijo/a, hermano/a, etc?

Un poco de respeto, por favor.

Por otro lado, ha surgido también cierto debate sobre si Amy Winehouse es o no un mito, sobre si era o no una artista sobrevalorada... Y así se pueden leer y oir cosas como que ella no ha inventado el soul ni nada nuevo, que no era más que un producto de marketing y tal y cual...

Mi opinión es la siguiente: claro que Amy Winehouse no ha inventado el soul, ni nada nuevo, pero lo cierto es que estaba dotada de una voz genial, una voz que correspondía más a una mujer negra tipo Billie Holliday o Aretha Franklin que a una chica inglesa de origen judío, una voz llena de talento y emoción a raudales, con un registro ideal para el jazz, el soul y el r'n'b. Amy Winehouse, con su voz, con su personalidad, con sus letras intimistas, con su forma de interpretar, con su estilo y con su aspecto tan personal, había vuelto a poner al soul en el epicentro musical, y con ello influyó a una serie de artistas que han venido después, como por ejemplo Adele o Duffy. No, no ha inventado el soul, pero sin duda alguna ha sido junto a Dusty Springfield una de las mejores cantantes de soul de raza blanca. Y también de jazz. Si no me creeís, escuchad cosas como "Back to Black", "You Sent Me Flying", "You Know That I'm No Good" or "In My Bed". Genial.

Descansa en paz, Amy. Y gracias por tu voz y tus canciones, que siempre nos acompañarán.

lunes, 25 de julio de 2011

Descansa en paz, Amy



Descansa en paz, Amy Winehouse.

Tenía la intención de escribir un artículo sentido y extenso sobre el fallecimiento de Amy Winehouse, fallecimiento que me tiene algo conmocionado, porque 27 es una edad demasiado, demasiado temprana para dejar este mundo, porque esta cantante británica estaba, en mi humilde parecer, dotada de una increible voz, porque su voz podría haber cantado aun muchas, muchísimas más canciones preciosas sobre el amor y el desamor... Pero parece ser que en realidad Amy no pertenecía a este mundo.

En fin, como decía, iba a escribir una entrada sobre todo esto, pero me he encontrado con este artículo en internet que, la verdad, dice todo lo que yo quería decir:

In Memoriam

Amy Winehouse: adiós a la Reina genuina

24-07-2011

En una entrevista concedida en el año 2007, Amy Winehouse afirmó que su gran temor era morir vieja. Cuatro años después de esa confesión, el cuerpo de la artista que logró popularizar un género reservado a las minorías como es el soul ha sido encontrado sin vida en su apartamento de Londres. Tenía 27 años: edad maligna, edad de los genios que abandonan un mundo que, probablemente, no era el suyo.


¿Por qué morir de forma prematura es un requisito obligatorio a la hora de entrar en la leyenda? ¿Por qué solo ahora, solo una vez que se habla de cadáver, de sobredosis, de muerte, todos aquellos medios de comunicación que la fustigaron, que la lincharon, que la persiguieron las 24 horas del día alrededor del mundo entero en busca de fotografías repletas de morbo barato e inventando falsos rumores extra-artísticos reconocerán su innegable talento, su voz sublime y se pasarán una semana entera homenajeándola con flores de plástico y halagos tan ligeros que el viento se encargará de esparcir por sus páginas color rosa-hipócrita? ¿Será que el respeto se gana cuando el corazón deja de latir y el cuerpo de sentir? Será.

Con la muerte se ganan adeptos, se pierden enemigos. Prueba de ello, ayer, Amy Winehouse era una drogadicta, una alcohólica, un esqueleto andante que pecaba de falta de profesionalidad sobre los escenarios, era en resumidas cuentas una diana, una diana fácil para los tabloides sensacionalistas y, sobre todo, una diana rentable económicamente hablando. Pero hoy, de golpe, Amy Winehouse es una Reina, Amy Winehouse es un mito. Ahora los sicarios de la información la veneran, se arrodillan ante Frank (2003) y Back To Black (2006), sus dos únicos y majestuosos álbumes.

Lamentan la terrible pérdida de una joven que no solo consiguió acercar el género soul al gran público sino que también dejó con su pelo cardado y su particular forma de resaltar la expresividad de sus ojos una huella imborrable en el mundo de la moda.

Su tercer disco se esperaba ya para el pasado mes de noviembre y tanto los constantes retrasos de publicación como sus últimas y preocupantes actuaciones alejaban poco a poco a Amy Winehouse de esta época con la que nunca se sintió del todo identificada. Incomprendida, apasionada y atormentada, la intérprete de ‘Love Is A Losing Game’ decía que “el amor sabe a enfermedad que te consume para la eternidad”. Aunque las drogas sea, a falta de la autopsia, la explicación científica de su extinción y el arma con el que conscientemente o inconscientemente decidió acabar con su vida, el (des)amor y sus consecuencias son posiblemente los verdaderos culpables de este trágico final que nos deja huérfanos de una mujer obsesionada por el sexo que soñaba con vivir en los años 60 para salir de fiesta con The Ronnettes.

Como reza la letra de Neil Young ‘My My, Hey Hey’, citada en la carta de despedida que escribió Kurt Cobain antes de suicidarse: “Es mejor quemarse que apagarse lentamente”. En el cielo o en el infierno, esté donde esté ahora, Amy Winehouse disfrutará en compañía de los miembros del fatídico club de los 27 años: Jim Morrison, Jimi Hendrix, Brian Jones, Janis Joplin o el vocalista de Nirvana, una alta sociedad del rock libre de corrupción y en la que, seguro, nadie empuña una pistola para matar a sangre fría a jóvenes en una Isla Noruega.

Descansa en paz

(http://musica.terra.es/articulo/amy-winehouse-adios-a-la-reina-genuina-8305.htm)

miércoles, 13 de julio de 2011

¿Hasta cuándo?


¿Hasta cuándo vamos a dejar que nos sigan engañando?

Hasta hace tan sólo 3 años el país en el que vivo, Irlanda, nos era presentado a todos como el ejemplo vivo y claro de las bondades del neoliberalismo. Su crecimiento económico no tiene fin, nos decían. Es todo un ejemplo a seguir, afirmaban.

Bueno, bueno... Con la crisis descubrimos que el ejemplo y las bondades no lo eran tanto. Pero aún así muchos dijeron que Irlanda saldría muy pronto de la crisis y que sus medidas de ajuste eran el ejemplo a seguir.

Y sin embargo, ahora parece que Irlanda va a necesitar un segundo rescate financiero para poder salir del atolladero en el que se encuentra metida.

A mí y a muchos otros nos gustaría, nos encantaría, que los defensores del capitalismo a ultranza y del neoliberalismo nos explicaran en detalle cuáles son las bondades del mismo. Porque lo que sí es cierto es que el sistema está mostrando de forma clara sus fallos y defectos. Porque lo que es cierto es que los beneficios se privatizan mientras que las pérdidas se socializan. Porque lo que es cierto es que tanto en Irlanda como en los demás países las medidas de ajuste están frenando y matando –aún más- el crecimiento económico.

Porque el ciudadano de a pie sospecha desde hace tiempo que los gobiernos han decidido disfrazarse de Robin Hood a la inversa, robando a los pobres para dárselo a los ricos.

¿Quiénes son estas agencias de calificación como Moodys’? ¿Qué personas las componen? ¿Quién nombra o elige a estas personas? ¿Quién paga o financia a estas agencias? ¿Qué intereses ocultos esconden?

¿Hasta cuándo vamos a dejar que los gobiernos y los políticos nos sigan engañando? ¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo sus patrañas sobre el neoliberalismo?

viernes, 8 de julio de 2011

De locos

Mientras Dinamarca intenta reescribir los tratados fronterizos de la UE, Francia e Italia se pelean por intentar expulsar a inmigrantes tunecinos.

Y mientras tanto, la extrema derecha sigue su ascenso electoral por toda Europa.

En algunos países europeos, como por ejemplo aquí en Irlanda, algunas personas comienzan a pedir que se reduzca -o incluso que se cancele totalmente- la ayuda a Africa y al Tercer Mundo, puesto que -dicen- aquí en Europa también hay muchas necesidades por culpa de la crisis y los ciudadanos de cada país deben tener prioridad.

No voy a negar que hay muchos ciudadanos europeos, muchísimos, que lo están pasando muy mal por culpa de la crisis. De eso no hay duda. Ninguna. Pero no creo que nadie con un poco de sentido común pueda comparar la situación en Europa con la situación en Africa, desde luego.

Mucha gente, cada vez más, no quiere que vengan inmigrantes a sus países. Pero tampoco quieren que se les conceda ayuda alguna. Parecen decir lo siguiente: "Por favor, no vengan a nuestras ciudades. Quédense en sus países. Y muéranse de hambre. Y por favor, que las televisiones no muestren más anuncios de gente pasándolo mal en Africa, y menos aun a la hora de la comida o de la cena, que me la amargan".

Con todo esto, me viene a la cabeza la letra de una antigua canción de La Polla Records:

El ataque de los hambrientos - La Polla Records

Están en el hemisferio chungo
Y en vez de pan les dais cañones.
A cambio de su futuro
La cara B de la opulencia.
Miradles a los ojos
Veréis la desesperación.
Nuestro mundo es el consumo
Y ellos tienen hambre.

Cada dos segundos muere uno
Porque en su sitio ponéis un arma.
Acordaos que bajo vuestros culos
Están afilando los dientes que les quedan.

Y tienen hambre, y tienen hambre,
pasan hambre mientras nosotros
Lo estamos tirando.
Papá Noel manda papeo que esto está muy feo.

Arrasaremos vuestras cosechas y vuestros supermercados.
Matarnos, en marcha, ¡queremos nuestra parte!

viernes, 1 de julio de 2011

Qué razón tiene...

Hola de nuevo. Perdonad la sequía de entradas en este blog: me encontraba de vacaciones y he vuelto hace tan sólo unos días.

En fin, os dejo con un enlace a un artículo de Público con el que coincido plenamente:

http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2011/07/01/cuanto-dolor-cuesta-la-alegria-de-los-mercados/