lunes, 31 de agosto de 2009

El capital


Cuando le pregunté a Concha, quien además de ser mi profesora de Historia aquel curso en el Instituto era también miembro de Izquierda Unida, si me podía prestar “El capital” de Karl Marx para leérmelo, no lo hice tanto por interés por este tratado filosófico-económico como por un intento de subir mi nota final en Historia, pocas semanas antes de que terminara el curso. Pues si algo sabía hacer bien, aparte de irritar a ciertos profesores, era hacerle la pelota a otros de manera descarada.

Todavía recuerdo la emoción de Concha cuando al día siguiente me llamó a su despacho para entregarme los tres volúmenes de “El capital”. Me dijo algo así: “Siempre reconforta ver a algún alumno que siente un interés especial por la Historia, y sobre todo por el socialismo”, comentó mientras me daba también una copia del “Manifiesto Comunista” de Marx y Engels.

La verdad es que durante las 3 ó 4 semanas que tuve “El capital” ojeé los tres volúmenes con curiosidad, e intenté leer algunas páginas, pero confieso que me resultó totalmente infumable. No fue así con el “Manifiesto Comunista”, que era un libro bastante breve y mucho más fácil de leer y entender; este sí que lo leí. Cuando le devolví los libros a Concha mentí como un bellaco y le dije que había leído algunos capítulos de “El Capital”.

Como he dicho, sí que leí el “Manifiesto Comunista”. En el mismo Marx y Engels realizan un análisis de la Historia desde el punto de vista del materialismo histórico y la lucha de clases. Señalan con más o menos detalle los errores del capitalismo, que lo llevarán eventualmente a su propio final. Predicen que mediante la revolución el obrero se sacudirá de encima las cadenas de la burguesía y se convertirá en el redentor de la humanidad. Se establecerá la dictadura del proletariado, se abolirá la propiedad privada y el Estado controlará todos los medios de producción, con el igualitarismo como fin último. Desaparecerán las desigualdades de clase y, por lo tanto, las clases sociales, y se establecerá una sociedad libre y socialista.

Esto es, a grandes rasgos, lo que se expone en el “Manifiesto Comunista”. Sí, ya sé, suena todo muy bonito, muy ideal y utópico... “Pero ya sabemos todos cómo acabó la cosa”, me dirán algunos. Sí, claro, pero es que ni Marx ni Engels podrían haber previsto la que se vendría encima en ciertas “dictaduras del proletariado”, como Stalin y los gulags, por ejemplo.

Además, no se puede obviar el hecho de que esta obra se publicó en 1848, o sea, hace nada más y nada menos que 161 años. ¡Ha llovido desde entonces! Y uno tiene que comprender que la sociedad de 2009 (o de 1985, o de 1960) no es la misma de 1848. Las desigualdades sociales, la explotación y las condiciones de vida de los trabajadores eran en 1848 de escándalo. Y sí, aunque incluso ahora puede haber en el mundo occidental ejemplos más o menos significativos de desigualdad y de explotación, nadie negará que hemos recorrido un largo camino. En el mundo occidental, repito. Porque si hablamos del continente africano, o de ciertos países de Asia o de América Latina, el diagnóstico cambia por completo.

Pero parece que ahora, a raíz de la actual crisis económica, se ha puesto de moda volver a hablar de Marx, leer su obra y decir “ya lo había dicho Marx” una y otra vez. Y la verdad es que Karl Marx supo predecir de manera extraordinaria muchos de los errores e injusticias del capitalismo. Creo que cualquiera que haya leído al menos un poco sobre Marx o algo de su obra coincidirá en esto, sobre todo en estos tiempos de capitalismo salvaje, especulador, de casino, un capitalismo hecho a medida de los evangelios neo-conservadores, del que ahora estamos pagando las consecuencias, unos más que otros, como pasa siempre.

Por poner tan solo un ejemplo, hay una idea de las muchas que expone Marx que recuerdo bastante bien, porque me llamó especialmente la atención cuando leí el “Manifiesto Comunista”: la idea de que el obrero (entendiendo “obrero” en el sentido amplio de la palabra, como trabajador) produce o fabrica algo y, sin embargo, al no ser el propietario de los medios de producción, si luego tiene que adquirir este producto acaba pagando por él un precio que es varias veces su valor, y varias veces el sueldo que ha recibido él por producirlo. Siendo como soy hijo de agricultor, esto siempre me ha resultado curioso e interesante, a la vez que perverso. Voy a poner un ejemplo que creo es bastante ilustrativo: aquí en Irlanda donde vivo, debido al clima no se pueden criar muchas frutas o verduras, desde luego no tantas ni tan variadas como en mi tierra; por ello, se ven obligados a importar muchos de estos productos, que luego venden a precios astronómicos. Le comentaba hace poco a mi padre que, por ejemplo, una caja que contiene unas 15 ó 20 fresas se vende aquí a 4 ó 5 euros, mientras que al agricultor de España (o de Chile, o de Venezuela...) se le pagan a un precio ridículo, risible. ¿Qué quiere esto decir? Pues que hay alguien ahí que se está haciendo de oro, sin ninguna duda: los intermediarios.

Sí, esto no es más que un pequeño ejemplo, pero es un ejemplo perfectamente válido, e ilustrativo, de uno de los muchos fallos que tiene el capitalismo, y que el Estado debería intervenir para corregir.

Por supuesto, las ideas de Marx también contenían numerosos errores, y quizás el principal de ellos fue subestimar las ansias del ser humano por la libertad individual, y por la iniciativa y la propiedad privadas. Pero tal vez también su principal logro fue exponer la idea de que otro mundo, mejor, es posible, y señalar la desigualdad y la explotación del hombre por el hombre como dos problemas fundamentales a erradicar.

Creo que, si algo ha probado esta crisis financiera y económica es que el capitalismo y la iniciativa privada por sí solos no funcionan. El ser humano es por lo general avaricioso y egoísta, y por ello el Estado debe ejercer de árbitro, y ser una entidad poderosa que supervise las relaciones económicas y comerciales. El Estado debe intervenir donde y cuando sea necesario, debe crear las infraestructuras públicas necesarias para crear un sistema justo de sanidad y de educación, asegurándose de que cualquiera tenga acceso a las mismas sean cuales sean sus medios y su origen social; es decir, igualdad de oportunidades. El Estado debe establecer una política fiscal justa y progresiva, que reduzca las desigualdades en la sociedad. El Estado debe proveer servicios públicos de calidad que puedan ser utilizados por todos los ciudadanos. En mi opinión, la única manera de salir de la crisis va a ser con más socialdemocracia, con más gasto público, con más intervención estatal en la economía y con mejores infraestructuras públicas. Puede que esté equivocado, pero está es mi opinión.

Pedirle a Concha que me prestara “El capital” no sirvió para que me subiera de nota: saqué notable, que es lo que había sacado a lo largo de todo el curso. Pero debo confesar que le estoy agradecido a Concha, primero por su manera tan interesante de enseñar historia, y en segundo lugar porque gracias a ella leí el “Manifiesto Comunista” y pude entender mejor muchas cosas sobre el capitalismo y el socialismo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Apuntes breves


Repaso rápido a los periódicos de día: El País, El Mundo, ABC, Público, etc. Varias noticias me llaman la atención:

- "Díaz Ferrán apuesta por la moderación salarial para salir de la crisis".

¿Pero es que no se cansa nunca este hombre de repetir su aburrido mantra una y otra vez? Además, ¡oye, qué curioso! En los años de crecimiento económico no recuerdo que ni él ni nadie de su entorno exigiera moderación en los beneficios.

Y, por otro lado, ¿de qué crisis hablamos? ¿No ha dicho el gobierno una y otra vez que sólo es una desaceleración? ¡Ja!

- "El líder de la Liga Norte italiana, Umberto Bossi, se encuentra, según varios medios italianos, entre las personas que se agregaron a un grupo de Facebook que defiende que es legítimo torturar a los inmigrantes ilegales".

Hay noticias que se comentan por sí solas. La verdad es que esto da miedo. Los ataques -verbales o físicos- sobre los inmigrantes se van extendiendo de manera alarmante por toda Europa, al igual que se va extendiendo la idea de que la culpa de la crisis es de los inmigrantes. Todo esto empieza a dar mucho, mucho miedo. Ya lo hemos visto todo antes, tristemente, y ya sabemos cómo acabó la cosa. Y como dijo alguien, creo que fue Napoleón, los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.

La crisis económica no es sino el revulsivo que buscaban muchos para poder tener una excusa con la que atacar a los inmigrantes, y hacer que estos pasen a ser los chivos expiatorios, la causa de todos nuestros males...

Italia, con el impresentable de Berlusconi a la cabeza, parece descender más rápido que ningún otro país en la espiral hacia la intolerancia, el racismo, el totalitarismo... Qué pena, y qué asco de mundo.

- "Netanyahu niega que vaya a congelar los asentamientos".

¿Y por qué es esto noticia? Lo raro, lo que sí sería noticia, es que el gobierno israelí hiciese algo medianamente ético en relación con los territorios ocupados y abriese un camino a la paz y la negociación.

- "Una modelo ha sido detenida por posar desnuda para un fotógrafo en el interior de una de las salas del popular y concurrido Museo de Arte Metropolitano (Met) de Nueva York, informó hoy la prensa local".

Bueno, ¿qué se puede esperar de un país donde es más fácil adquirir un revólver que un preservativo?

-"Google Earth encuentra al monstruo del Lago Ness... Bueno, también podría ser un barco".

Dos cosas: 1) Hay gente que tiene mucho, mucho, demasiado, tiempo libre. Y 2) Yo creo que ni es el monstruo del Lago Ness ni tampoco un barco. Yo creo que es... ¡Supercoco!

jueves, 27 de agosto de 2009

Lennon y McCartney, McCartney y Lennon


Leo con interés en la página web del canal británico de noticias Sky News las últimas declaraciones de Paul McCartney, en una entrevista reciente. La noticia aparece con el siguiente titular: “Paul McCartney niega que John Lennon y él se llevaran mal”. Y parece ser que Paul McCartney dice en la entrevista lo siguiente:

John decía muchas tonterías, y después aseguraba que no tenía intención de decirlas”.

Yo realmente nunca critiqué a John. No soy tan crítico. Es una cuestión de personalidades. Él era más brusco que yo”.

John no era tan duro como la gente creía. Por dentro era un sentimental y una persona muy dulce”.

Si John decía algo malo de mí, también a veces bajaba las gafas hasta la punta de la nariz y decía ‘te quiero’. Eso es lo que conservo de él”.

Bueno, todo o casi todo el mundo sabe ya a estas alturas que la ruptura de los Beatles fue una ruptura amarga, y que las cosas acabaron bastante mal entre Lennon y McCartney. A finales de los 60 y durante gran parte de los 70 su relación se deterioró enormemente. Incluso llegaron a lanzarse puyazos el uno a otro en sus respectivas canciones y discos.

A todos los que amamos a los Beatles, incluso los que empezamos a amarlos años después de su ruptura, nos duele que la relación entre estos dos genios de la música popular, que compusieron, cantaron y tocaron juntos muchas de las mejores canciones del siglo XX, se deteriorase hasta tal punto que no se soportaban.

Pero claro, los medios también han inflado hasta la extenuación todo este tema. Que si Lennon era de esta manera, que si McCartney era de esta otra manera, que si la culpa es de uno, que si es del otro, etc. Y los medios y los críticos musicales se han pasado años y años escribiendo y hablando sobre su relación como si la conocieran a fondo, mejor incluso que los dos protagonistas de la misma. El asesinato de Lennon también contribuyó a que se le idolatrara y a que muchos vieran a Lennon como el tío guay, enrollado, bromista, de ideas progresistas e izquierdistas y a McCartney como alguien más conservador, aburguesado, más serio y aburrido.

Sin embargo, cuando se para a uno a pensarlo detenidamente, la ruptura de los Beatles y el deterioro de la relación entre Lennon y McCartney fue una cosa perfectamente normal. No se puede obviar el hecho de que durante la década de los 60 estas dos personas habían tenido tal cantidad de vivencias extraordinarias juntos que la mayoría de nosotros no llegaríamos a experimentarlas aunque viviéramos 10 vidas seguidas. Es normal que, con sus distintas personalidades, acabaran el uno hasta el gorro del otro. Por lo que he leído en libros y visto en documentales y reportajes durante tantos años de mi obsesión enfermiza con los Beatles, la personalidad de Lennon era siempre más directa que la de McCartney, Lennon era alguien al que le gustaba decir las cosas a la cara, gustasen o no, alguien con un sentido del humor muy irónico, a veces incluso hiriente, de carácter rebelde e inconformista; mientras que McCartney parece ser alguien más pragmático, más conservador (pero no el sentido político del término, sino en el sentido de que le gustan más las cosas sencillas, la familia, el hogar, la tranquilidad...), quizás algo más serio, aunque ojo, también posee un gran sentido del humor.

Es normal que al final, con la presión mediática y comercial a la que estaban sometidos los Beatles, la cosa acabara por estallar. Lennon quería sacudirse el yugo en que se había convertido el grupo e iniciar una nueva vida con Yoko Ono.

Había muchas sorpresas ayer por las palabras de McCartney en los comentarios de los internautas en la página web de Sky News. La verdad es que a mí las declaraciones no me han sorprendido nada: cualquier persona a la que le gusten medianamente los Beatles sabe que el propio Lennon dijo de sí mismo en varias ocasiones que era un bocazas y que soltaba muchas tonterías sin pensarlo, cosas de las que después se arrepentía; y también admitió Lennon que su dureza y su agresividad no eran más que una fachada para esconder su vulnerabilidad.

Algunos fans de los Beatles, y de Lennon en particular, creen que John Lennon era Dios. No, John Lennon no era Dios. Tampoco era un dios. Lennon era una persona como otra cualquiera, con sus virtudes y sus defectos. Lo que pasa es, que al ser una persona famosa, Lennon vivió gran parte de su vida de cara al público. Y parecía ser también una persona de una honestidad brutal, hasta el punto de que a menudo reconocía y confesaba sus defectos en público. Lennon, al igual que McCartney, era simplemente un genio creativo dentro de la música popular, del pop y del rock, y un icono popular. John y Paul eran simplemente dos de las fuerzas creativas más importantes que ha visto el arte del siglo XX, y es su unión, junto a George y Ringo, la unión de estas personalidades tan dispares, con sus distintas sensibilidades e ideas, y con una creatividad que les desbordaba, la que hizo que los Beatles fueran un grupo tan mágico, y que hayan trascendido el mundo de la música para convertirse en iconos culturales del siglo XX. Nunca más veremos un torrente creativo como el de los Beatles.

Nadie puede dudar que John y Paul vivieron una hermosa amistad, y como todas las amistades y relaciones pasó por momentos difíciles. Creo –o al menos quiero creer- que si Lennon no hubiese sido asesinado aquel fatídico 8 de diciembre de 1980- los Beatles –o al menos Lennon y McCartney- habrían vuelto a reunirse, a tocar y a grabar juntos. Hacia el final de su vida decía Lennon que ya no sentía más rechazo hacia los Beatles, y que había comenzado a disfrutar más de los recuerdos positivos y del legado que habían dejado. De todas maneras, nunca lo sabremos con certeza, porque aquel puto loco llamado Mark David Chapman se cargó a Lennon.

Algunas personas que conocen mi obsesión por los Beatles me preguntan a quién prefiero, si a Lennon o a McCartney. La respuesta siempre es la misma: a los dos, no puedo elegir, es como elegir entre mi padre y mi madre. Y no, no es un tópico, de verdad. Los Beatles no habrían sido los Beatles sin Lennon, pero tampoco sin McCartney; no habrían sido los Beatles sin “Strawberry Fields Forever”, pero tampoco sin “Penny Lane”; no habrían sido lo que fueron sin “Help”, tampoco sin “Hey Jude”, etc. De hecho, los Beatles tampoco habrían sido lo que fueron sin George Harrison o sin Ringo Starr.

miércoles, 26 de agosto de 2009

La crisis financiera explicada de manera sencilla


El otro día mencioné algo sobre la actual crisis económica. Así que he decidido escribir aquí una explicación sencilla sobre la crisis financiera, porque esto es más o menos lo que ocurrió, porque es divertida y triste a la vez, y muy ilustrativa. La recibí por e-mail hace unos meses, en inglés, y la he traducido directamente al castellano.

La crisis financiera explicada de manera sencilla

Heidi es la propietaria de un bar en Berlín. Como es natural, quiere aumentar las ventas, y decide permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son alcohólicos en paro, beban hoy y paguen otro día. Va anotando en un cuaderno todo lo que consumen cada uno de sus clientes. Esta es una manera como otra cualquiera de concederles préstamos.

Muy pronto, gracias al boca a boca, el bar de Heidi se empieza a llenar de más clientes.

Como sus clientes no tienen que pagar al instante, Heidi decide aumentar los beneficios subiendo el precio de la cerveza y del vino, que son las bebidas que sus clientes consumen en mayor cantidad. El margen de beneficios aumenta vertiginosamente.

Un empleado del banco más cercano, muy emprendedor, y que trabaja de director en la sección de servicio al cliente, se da cuenta de que las deudas de los clientes del bar son activos de alto valor, y decide aumentar la cantidad del préstamo a Heidi. El empleado del banco no ve ninguna razón para preocuparse, ya que el préstamo bancario tiene como base para su devolución las deudas de los clientes del bar.

En las oficinas del banco los directivos convierten estos activos bancarios en “bebida-bonos”, “alco-bonos” y “vomita-bonos” bancarios. Estos bonos pasan a comercializarse y a cambiar de manos en el mercado financiero internacional. Nadie comprende en realidad qué significan los nombres tan raros de esos bonos; tampoco entienden qué garantía tienen estos bonos, ni siquiera si tienen alguna garantía o no. Pero como los precios siguen subiendo constantemente, el valor de los bonos sube también constantemente.

Sin embargo, aunque los precios siguen subiendo, un día un asesor de riegos financieros que trabaja en el mismo banco (asesor al que por cierto despiden pronto a causa de su pesimismo) decide que ha llegado el momento de demandar el pago de las deudas de los clientes del bar de Heidi.

Pero, claro está, no pueden pagar las deudas.

Heidi no puede devolver sus préstamos bancarios y entra en bancarrota.

Los “bebida-bonos” y los “alco-bonos” sufren una caída de un 95% de su valor. Los “vomito-bonos” van ligeramente mejor, ya que sólo caen un 80%.

Las compañías que proveen al bar de Heidi, que le dieron largos plazos para los pagos y que también adquirieron bonos cuando su precio empezó a subir, se encuentran en una situación inédita. El proveedor de vinos entra en bancarrota, y el proveedor de cerveza tiene que vender el negocio a otra compañía de la competencia.

El gobierno interviene para salvar al banco, tras conversaciones entre el presidente del gobierno y los líderes de los otros partidos políticos.

Para poder financiar el rescate del banco, el gobierno introduce un nuevo impuesto muy elevado que pagarán los abstemios.

¡Por fin! ¡Una explicación que entiendo!

martes, 25 de agosto de 2009

Michael Jackson


Bueno, la noticia del día parece ser que se ha hecho público que Michael Jackson murió por una sobredosis de un anestésico.

Desde luego, si hubo algo raro o sospechoso en su muerte, algo fuera de lo común, debe investigarse, por supuesto. Como me gustaría que se investigase si en vez de Michael Jackson el difunto se llamase Pepe García o Manolo López. Y me gustaría creer, aunque peque de ingenuo, que si el muerto en circunstancias sospechosas fuese cualquiera de nosotros, se investigaría con el mismo celo y con la misma intensidad que la muerte de Michael Jackson.

De todos modos, mucho me temo que esto se va a convertir en la historia de nunca acabar. Por lo pronto, ya se planea la publicación para poco antes de navidades de un DVD con los ensayos de Jackson para los conciertos que iba a dar en Londres. Poco antes de navidades, ¡vaya una casualidad! Uno de sus hermanos, Tito, ha anunciado una gira por Europa en la que cantará exclusivamente canciones de Michael Jackson y de los Jackson Five, como homenaje a su hermano. También se comenta que el padre de Michael ya ha firmado un contrato con una discográfica para que los 3 hijos de Michael graben un disco en el futuro. No sé si será verdad o no, pero lo que si parece cierto es que el padre de Michael Jackson tiene desde siempre el signo del dólar en la pupila de los ojos, cual Tío Gilito. Y lo que es también cierto es que son una familia de lo más original, desde el difunto Michael hasta Latoya.

Nunca he sido fan de Michael Jackson. Aunque crecí con su música, que durante los años 80 era imposible ignorar a no ser que fueras un ermitaño en algún sitio completamente aislado de la civilización, donde no hubiera ni radio ni tele, la verdad es que nunca me llegó a gustar lo suficiente como para comprarme alguno de sus discos o de sus singles. Sí, reconozco que tenía talento, que podía cantar y bailar fenomenalmente, y que tenía algunas canciones muy, muy buenas, como Billie Jean, Thriller o Man in the Mirror, aparte de las que hizo con los Jackson 5. Pero es que por aquellos años yo estaba demasiado ocupado descubriendo otras músicas: los Beatles, Pink Floyd, The Clash, Mike Oldfield, los Rolling Stones, los Beach Boys, etc. y dentro del panorama nacional, grupos como Ilegales, Los Secretos o Siniestro Total.

Además, yo creo que el enorme éxito de Michael Jackson se debió casi tanto como a su talento a otras dos razones: 1) un gran equipo de productores, con Quincy Jones a la cabeza, que supieron darle a los viejos sonidos del rhythm'n'blues, de la música disco, del funk y del soul un toque moderno muy bailable y pegadizo; 2) una fenomenal campaña de marketing que hizo que no escatimaran medios a la hora de, por ejemplo, grabar esos videos rompedores y que marcaron un antes y un después como Thriller, y que también hizo que sus canciones y sus videoclips fueran dieta diaria casi constante de las radios y televisiones de los 80.

Ojo, repito: no digo que no tuviera talento, ni mucho menos, y tampoco digo que su éxito no se debió a su talento. Lo que intento decir es que opino que su fenomenal éxito no se debió sólo a su talento, por enorme que fuera.

Hace un par de años me copié un doble recopilatorio, The Essential Michael Jackson, que tenían mis cuñados. Como he comentado antes, hay bastantes canciones suyas que me gustan, pero no lo escucho muy a menudo. Un amigo me decía hace poco que no se había dado cuenta de lo bueno que era Michael Jackson hasta que se murió hace un par de meses. A mi no me ha pasado eso. Sí, me gustan bastante algunas de sus canciones, pero escucho muy poco a Michael Jackson. ¿Por qué? Pues porque cuando me apetece escuchar algo de r'n'b, de soul, funk o disco prefiero ponerme algo de Aretha Franklin, Otis Redding, Wilson Pickett, Al Green, Stevie Wonder, Earth Wind & Fire, Funkadelic, etc. Es curioso: aunque estos artistas no son de mi época como lo es Michael Jackson, su música me llega más adentro y me dice mucho más que la de Jackson.

Como persona Michael Jackson siempre me dió un poco de pena: toda esa riqueza, todos esos millones, todas esas propiedades inmensas, y no creo que fuera féliz durante más de 5 ó 10 minutos. Sus extravagancias y excentricidades también me daban pena, pena de ver que esta persona, por la razón que fuese, parecía ser totalmente incapaz de comportarse de una manera medianamente normal. Y sentí su muerte, sí, y aunque haya muerto -como dicen- por una sobredosis de un anestésico la verdad es que yo creo que Michael llevaba muriéndose desde hace casi ya 20 años.

En fin, espero que se esclarezcan las causas de su muerte, y que si existe alguien responsable de su muerte pague por ello. Pero también espero que se acabe todo esto y, ya que no le dejaron descansar en paz en vida, al menos le dejen descansar en paz ahora.

lunes, 24 de agosto de 2009

Finales de agosto


Puede que solo sea agosto, pero el otoño empieza ya a despuntar en las mañanas más frías y las noches más oscuras. El sol se dibuja hoy sobre los hermosos tejados de Dublín, pero es un sol otoñal, tibio. Es uno de esos días en que apetece sentarse a escribir, a leer, a escuchar música. O salir a la calle a pasear.

Es increible el poder que tiene el sol: a pesar de que es lunes, a pesar de que estamos en medio de la crisis económica más grave de las últimas décadas, a pesar de que el verano se acerca a su fin, todo el mundo aquí en la oficina parece estar de buen humor.

Se viene anunciando estos días que varios países comienzan ya a salir de la recesión. Sin embargo, ni en mi país natal, España, ni en mi país adoptivo, Irlanda, se atisban todavía signos de recuperación.

Cuando estuve en mi tierra el mes pasado familiares y amigos se quejaban amargamente de la recesión, del desequilibrio entre salarios y precios, del desempleo, que alcanza cotas no vistas en ningún otro país de Europa. Yo les contaba que aquí en Irlanda también hay mucho paro, aunque no tanto como en España, y que a nosotros, los funcionarios, no sólo nos han congelado el salario durante los próximos años, sino que además nos han acribillado a base de nuevos impuestos.

Y yo me pregunto por qué en todos los sitios siempre pagan la crisis los mismos. Durante el boom económico de los últimos 12 años aquí en Irlanda, muchos banqueros, constructores y especuladores se hicieron de oro. Y ahora, cuando llega el tiempo de las vacas flacas, el gobierno mira para otro lado y decide que la crisis la tienen que pagar aquellos que ni nos hicimos de oro ni causamos esta recesión.

Hace unas semanas se supo que el anterior 'taoiseach' (primer ministro) está cobrando una pensión de 100.000 euros al año, en calidad de ex-primer ministro, a la vez que cobra otro sueldo bastante elevado porque sigue siendo parlamentario. Y todo esto mientras el pueblo llano se pregunta cómo va a llegar a fin de mes.

En fin: no quiero enfadarme demasiado. Por lo menos es un bonito día de finales de agosto aquí en Dublín.

Y las canciones de Vetusta Morla me han acompañado esta mañana de camino al trabajo: "Hoy la puta se viste de rey". Qué apropiado.

domingo, 23 de agosto de 2009

Escapar


Mientras las notas de la trompeta de Miles Davis llenan la habitacion de vida, leo las noticias por Internet: guerras, muerte, crimenes, desastre naturales, etc. Vamos, que le dejan a uno un careto que no veas. Te enfadas con el mundo, te enfadas con las super-potencias mundiales y su interminable hipocresia, te enfadas contigo mismo. Quizas sea momento de escapar, de huir de esta realidad nauseabunda. Empiezo el dia con Miles Davis, me sumerjo en la musica, que me relaja, me seduce, me lleva a otros mundos mejores. Y es entonces cuando decido que voy a escuchar musica todo el dia. Para escapar.