jueves, 27 de agosto de 2009

Lennon y McCartney, McCartney y Lennon


Leo con interés en la página web del canal británico de noticias Sky News las últimas declaraciones de Paul McCartney, en una entrevista reciente. La noticia aparece con el siguiente titular: “Paul McCartney niega que John Lennon y él se llevaran mal”. Y parece ser que Paul McCartney dice en la entrevista lo siguiente:

John decía muchas tonterías, y después aseguraba que no tenía intención de decirlas”.

Yo realmente nunca critiqué a John. No soy tan crítico. Es una cuestión de personalidades. Él era más brusco que yo”.

John no era tan duro como la gente creía. Por dentro era un sentimental y una persona muy dulce”.

Si John decía algo malo de mí, también a veces bajaba las gafas hasta la punta de la nariz y decía ‘te quiero’. Eso es lo que conservo de él”.

Bueno, todo o casi todo el mundo sabe ya a estas alturas que la ruptura de los Beatles fue una ruptura amarga, y que las cosas acabaron bastante mal entre Lennon y McCartney. A finales de los 60 y durante gran parte de los 70 su relación se deterioró enormemente. Incluso llegaron a lanzarse puyazos el uno a otro en sus respectivas canciones y discos.

A todos los que amamos a los Beatles, incluso los que empezamos a amarlos años después de su ruptura, nos duele que la relación entre estos dos genios de la música popular, que compusieron, cantaron y tocaron juntos muchas de las mejores canciones del siglo XX, se deteriorase hasta tal punto que no se soportaban.

Pero claro, los medios también han inflado hasta la extenuación todo este tema. Que si Lennon era de esta manera, que si McCartney era de esta otra manera, que si la culpa es de uno, que si es del otro, etc. Y los medios y los críticos musicales se han pasado años y años escribiendo y hablando sobre su relación como si la conocieran a fondo, mejor incluso que los dos protagonistas de la misma. El asesinato de Lennon también contribuyó a que se le idolatrara y a que muchos vieran a Lennon como el tío guay, enrollado, bromista, de ideas progresistas e izquierdistas y a McCartney como alguien más conservador, aburguesado, más serio y aburrido.

Sin embargo, cuando se para a uno a pensarlo detenidamente, la ruptura de los Beatles y el deterioro de la relación entre Lennon y McCartney fue una cosa perfectamente normal. No se puede obviar el hecho de que durante la década de los 60 estas dos personas habían tenido tal cantidad de vivencias extraordinarias juntos que la mayoría de nosotros no llegaríamos a experimentarlas aunque viviéramos 10 vidas seguidas. Es normal que, con sus distintas personalidades, acabaran el uno hasta el gorro del otro. Por lo que he leído en libros y visto en documentales y reportajes durante tantos años de mi obsesión enfermiza con los Beatles, la personalidad de Lennon era siempre más directa que la de McCartney, Lennon era alguien al que le gustaba decir las cosas a la cara, gustasen o no, alguien con un sentido del humor muy irónico, a veces incluso hiriente, de carácter rebelde e inconformista; mientras que McCartney parece ser alguien más pragmático, más conservador (pero no el sentido político del término, sino en el sentido de que le gustan más las cosas sencillas, la familia, el hogar, la tranquilidad...), quizás algo más serio, aunque ojo, también posee un gran sentido del humor.

Es normal que al final, con la presión mediática y comercial a la que estaban sometidos los Beatles, la cosa acabara por estallar. Lennon quería sacudirse el yugo en que se había convertido el grupo e iniciar una nueva vida con Yoko Ono.

Había muchas sorpresas ayer por las palabras de McCartney en los comentarios de los internautas en la página web de Sky News. La verdad es que a mí las declaraciones no me han sorprendido nada: cualquier persona a la que le gusten medianamente los Beatles sabe que el propio Lennon dijo de sí mismo en varias ocasiones que era un bocazas y que soltaba muchas tonterías sin pensarlo, cosas de las que después se arrepentía; y también admitió Lennon que su dureza y su agresividad no eran más que una fachada para esconder su vulnerabilidad.

Algunos fans de los Beatles, y de Lennon en particular, creen que John Lennon era Dios. No, John Lennon no era Dios. Tampoco era un dios. Lennon era una persona como otra cualquiera, con sus virtudes y sus defectos. Lo que pasa es, que al ser una persona famosa, Lennon vivió gran parte de su vida de cara al público. Y parecía ser también una persona de una honestidad brutal, hasta el punto de que a menudo reconocía y confesaba sus defectos en público. Lennon, al igual que McCartney, era simplemente un genio creativo dentro de la música popular, del pop y del rock, y un icono popular. John y Paul eran simplemente dos de las fuerzas creativas más importantes que ha visto el arte del siglo XX, y es su unión, junto a George y Ringo, la unión de estas personalidades tan dispares, con sus distintas sensibilidades e ideas, y con una creatividad que les desbordaba, la que hizo que los Beatles fueran un grupo tan mágico, y que hayan trascendido el mundo de la música para convertirse en iconos culturales del siglo XX. Nunca más veremos un torrente creativo como el de los Beatles.

Nadie puede dudar que John y Paul vivieron una hermosa amistad, y como todas las amistades y relaciones pasó por momentos difíciles. Creo –o al menos quiero creer- que si Lennon no hubiese sido asesinado aquel fatídico 8 de diciembre de 1980- los Beatles –o al menos Lennon y McCartney- habrían vuelto a reunirse, a tocar y a grabar juntos. Hacia el final de su vida decía Lennon que ya no sentía más rechazo hacia los Beatles, y que había comenzado a disfrutar más de los recuerdos positivos y del legado que habían dejado. De todas maneras, nunca lo sabremos con certeza, porque aquel puto loco llamado Mark David Chapman se cargó a Lennon.

Algunas personas que conocen mi obsesión por los Beatles me preguntan a quién prefiero, si a Lennon o a McCartney. La respuesta siempre es la misma: a los dos, no puedo elegir, es como elegir entre mi padre y mi madre. Y no, no es un tópico, de verdad. Los Beatles no habrían sido los Beatles sin Lennon, pero tampoco sin McCartney; no habrían sido los Beatles sin “Strawberry Fields Forever”, pero tampoco sin “Penny Lane”; no habrían sido lo que fueron sin “Help”, tampoco sin “Hey Jude”, etc. De hecho, los Beatles tampoco habrían sido lo que fueron sin George Harrison o sin Ringo Starr.

3 comentarios:

  1. Me gusta este artículo, Mostaza. Aunque no soy tan fan como tú pese a que mi edad sí me acerca a la era Beatles, comparto bastante tus sentimientos al respecto.

    Osgood

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  2. Muchas gracias, Osgood, y bienvenido al blog. Espero que lo disfrutes y participes.

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  3. Me gusto mucho el articulo, tengo 17 años y coincido con vos el fanatismo por lo Beatles

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