lunes, 25 de julio de 2011

Descansa en paz, Amy



Descansa en paz, Amy Winehouse.

Tenía la intención de escribir un artículo sentido y extenso sobre el fallecimiento de Amy Winehouse, fallecimiento que me tiene algo conmocionado, porque 27 es una edad demasiado, demasiado temprana para dejar este mundo, porque esta cantante británica estaba, en mi humilde parecer, dotada de una increible voz, porque su voz podría haber cantado aun muchas, muchísimas más canciones preciosas sobre el amor y el desamor... Pero parece ser que en realidad Amy no pertenecía a este mundo.

En fin, como decía, iba a escribir una entrada sobre todo esto, pero me he encontrado con este artículo en internet que, la verdad, dice todo lo que yo quería decir:

In Memoriam

Amy Winehouse: adiós a la Reina genuina

24-07-2011

En una entrevista concedida en el año 2007, Amy Winehouse afirmó que su gran temor era morir vieja. Cuatro años después de esa confesión, el cuerpo de la artista que logró popularizar un género reservado a las minorías como es el soul ha sido encontrado sin vida en su apartamento de Londres. Tenía 27 años: edad maligna, edad de los genios que abandonan un mundo que, probablemente, no era el suyo.


¿Por qué morir de forma prematura es un requisito obligatorio a la hora de entrar en la leyenda? ¿Por qué solo ahora, solo una vez que se habla de cadáver, de sobredosis, de muerte, todos aquellos medios de comunicación que la fustigaron, que la lincharon, que la persiguieron las 24 horas del día alrededor del mundo entero en busca de fotografías repletas de morbo barato e inventando falsos rumores extra-artísticos reconocerán su innegable talento, su voz sublime y se pasarán una semana entera homenajeándola con flores de plástico y halagos tan ligeros que el viento se encargará de esparcir por sus páginas color rosa-hipócrita? ¿Será que el respeto se gana cuando el corazón deja de latir y el cuerpo de sentir? Será.

Con la muerte se ganan adeptos, se pierden enemigos. Prueba de ello, ayer, Amy Winehouse era una drogadicta, una alcohólica, un esqueleto andante que pecaba de falta de profesionalidad sobre los escenarios, era en resumidas cuentas una diana, una diana fácil para los tabloides sensacionalistas y, sobre todo, una diana rentable económicamente hablando. Pero hoy, de golpe, Amy Winehouse es una Reina, Amy Winehouse es un mito. Ahora los sicarios de la información la veneran, se arrodillan ante Frank (2003) y Back To Black (2006), sus dos únicos y majestuosos álbumes.

Lamentan la terrible pérdida de una joven que no solo consiguió acercar el género soul al gran público sino que también dejó con su pelo cardado y su particular forma de resaltar la expresividad de sus ojos una huella imborrable en el mundo de la moda.

Su tercer disco se esperaba ya para el pasado mes de noviembre y tanto los constantes retrasos de publicación como sus últimas y preocupantes actuaciones alejaban poco a poco a Amy Winehouse de esta época con la que nunca se sintió del todo identificada. Incomprendida, apasionada y atormentada, la intérprete de ‘Love Is A Losing Game’ decía que “el amor sabe a enfermedad que te consume para la eternidad”. Aunque las drogas sea, a falta de la autopsia, la explicación científica de su extinción y el arma con el que conscientemente o inconscientemente decidió acabar con su vida, el (des)amor y sus consecuencias son posiblemente los verdaderos culpables de este trágico final que nos deja huérfanos de una mujer obsesionada por el sexo que soñaba con vivir en los años 60 para salir de fiesta con The Ronnettes.

Como reza la letra de Neil Young ‘My My, Hey Hey’, citada en la carta de despedida que escribió Kurt Cobain antes de suicidarse: “Es mejor quemarse que apagarse lentamente”. En el cielo o en el infierno, esté donde esté ahora, Amy Winehouse disfrutará en compañía de los miembros del fatídico club de los 27 años: Jim Morrison, Jimi Hendrix, Brian Jones, Janis Joplin o el vocalista de Nirvana, una alta sociedad del rock libre de corrupción y en la que, seguro, nadie empuña una pistola para matar a sangre fría a jóvenes en una Isla Noruega.

Descansa en paz

(http://musica.terra.es/articulo/amy-winehouse-adios-a-la-reina-genuina-8305.htm)

3 comentarios:

  1. Lastima lo de esta cantante.
    Una vida de abusos nos pasa este tipo de facturas....

    Ejemplo de negatividad que se pudiera positivizar para mejorar el futuro de muchos que creen que la droga y el alcoholismo es la vía de escape, cuando realmente te sigues hundiendo...

    RIP Amy.

    Regards Mr Mustard

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  2. Es una pena. Una chica tan joven y con una voz tan maravillosa. Una inmensa lástima. Soy una malpensada, pero, después del desastre de Belgrado de hace un mes, al saber de su muerte, pensé que a alguno de venía de cine que se muriera antes de destruir su carrera por completo. Hoy dicen que ha dejado 30 canciones inéditas. No quiero ser conspiranoica, pero, a la discográfica le vale más que esté muerta que viva. Business are business.

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  3. Gracias por los comentarios.

    MANUEL: Desde luego, nunca viene mal recordar que ni el alcohol ni las drogas son la solución a nada ni la vía de escape de nada.

    JULI GAN: Quizás tengas algo de razón con lo de la teoría conspirativa, pero yo me inclino por creer que sus excesos han acabado por pasarle factura. Una factura muy cara, demasiado cara. Una pena.

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