lunes, 24 de enero de 2011

Naufragio de un gobierno


El gobierno actual de Irlanda se viene abajo por momentos. Tras una semana tempestuosa, de gran drama político, los Verdes, que hasta ahora gobernaban en coalición con Fianna Fáil, el partido mayoritario, anunciaron ayer que dejan el gobierno. “Se ha agotado nuestra paciencia”, dijeron.

Los últimos 7 días han sido de auténtica locura: el domingo día 16 el Primer Ministro y líder de Fianna Fáil, Brian Cowen, anunciaba que el martes iba a presentar una moción sobre sí mismo, sobre su liderazgo del partido, liderazgo que llevaba siendo discutido desde hace bastante tiempo.

Cowen ganó el voto de confianza. Pero el miércoles por la noche se anunciaron las dimisiones de 4 ministros de Fianna Fáil que no van a presentarse en las próximas elecciones. Al parecer, Brian Cowen había planeado un cambio de algunos ministros hace algún tiempo, pero no había dicho nada a los Verdes.

El jueves Cowen se encontraba misteriosamente ausente mientras tenía lugar una importante sesión en el Parlamento, y mientras surgían rumores sobre las dimisiones de los ministros y sobre sus posibles sustitutos. Los Verdes mostraban su enfado, y algunos miembros importantes de Fianna Fáil volvían a cuestionar, con más fuerza incluso, el liderazgo de Brian Cowen. Este se vio obligado a anunciar que las elecciones generales tendrían lugar el 11 de marzo.

El viernes Cowen insistía en su intención de continuar al frente del partido, no sólo hasta las elecciones sino más allá incluso. Pero el sábado al mediodía se vio obligado a dar el brazo a torcer y presentó su dimisión como líder de Fianna Fáil, a la vez que anunciaba su continuación como Taoiseach (Primer Ministro) hasta las elecciones. Se abría la campaña para elegir un nuevo líder del partido.

Ayer domingo los Verdes anunciaron tras una reunión en Dublín que hasta aquí habían llegado, y dejaron el gobierno de forma inmediata. Esto ha dejado a Fianna Fáil solo en el gobierno, en minoría, y con tan sólo siete ministros, que es el mínimo que exige la Constitución.

Ahora parece ser que los partidos de la oposición negocian con el gobierno el hecho de que se voten rápidamente durante esta semana las disposiciones de los Presupuestos Generales de este año (exigidas como condiciones por el FMI y la UE para el préstamo a Irlanda) para que se pueda disolver el Parlamento el viernes y adelantar las elecciones a una fecha previa al 11 de marzo; si esto sucede, los partidos de la oposición se comprometen por su parte a retirar sendas mociones de censura sobre el gobierno que se debatirían el martes y el miércoles.

Lo cierto es que este gobierno, agotado por su propia ineficiencia e ineficacia, ha llegado a su fin. No sólo por el alto nivel de desempleo ni por las medidas, discutibles y discutidas, que ha adoptado contra la crisis, sino también entre muchas otras cosas por su falta de empatía hacia los problemas cotidianos –que cada vez son más- de los ciudadanos, su secretismo y su falta de información y comunicación con la ciudadanía. Fianna Fáil se encuentra de hecho con la valoración más baja en toda su historia en las encuestas sobre intención de voto.

¿Qué es lo que nos espera ahora? Pues si hacemos caso a las encuestas parece que se va a tratar de un gobierno de coalición entre Fine Gael y Labour (el partido laborista). La verdad es que las diferencias entre Fine Gael y Fianna Fáil en política económica son mínimas: la mayor diferencia entre los 2 partidos viene de la Guerra Civil irlandesa, de hace casi 100 años, y consiste en que mientras Fine Gael estaba de acuerdo con el tratado de paz con Inglaterra firmado por Michael Collins (tratado que daba la independencia a los 26 condados que hoy forman la República de Irlanda mientras los 6 condados del Norte que hoy forman Irlanda del Norte seguían bajo jurisdicción británica), Fianna Fáil era contrario al mismo ya que exigían la independencia de los 32 condados.

Eso sí, tanto Fine Gael como los laboristas han prometido revertir algunas de las medidas económicas más duras para los ciudadanos adoptadas por Fianna Fáil. También dicen tener intención y capacidad de transformar el servicio público sanitario de arriba abajo, servicio que ahora mismo se encuentra en un estado caótico.

¿Lo lograrán? ¿Será beneficioso un gobierno Fine Gael-Labour para los ciudadanos? Ya veremos. Lo que sí es cierto es que Fianna Fáil y su proyecto se encuentran ya agotados, tras 14 años consecutivos en el gobierno, y que es hora, creo, de darle una oportunidad a otras personas y otros partidos.

De momento, seguiré atento a los acontecimientos de esta semana.

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