jueves, 10 de diciembre de 2009

Corrupción

Una de mis intenciones cuando empecé a escribir en este blog hace unos meses era la de ofrecer en ocasiones un punto de vista desde el extranjero de lo que pasa en España, la opinión sobre temas de actualidad en España de alguien que vive en otro país, y explicar cómo se ve a España desde fuera.

Pues bien, hoy quiero ahondar un poco en este tema, puesto que en los últimos meses y semanas bastantes personas aquí en Irlanda me han hablado, sorprendidos, del nivel de corrupción que parece darse en muchos aspectos de la vida política española, sobre todo corrupción urbanística en ayuntamientos y demás.

Mucha, muchísima gente en Irlanda va de vacaciones a la costa mediterránea o a Canarias todos los años, y muchas personas han adquirido propiedades en distintos lugares de España, y han podido ver la corrupción de primera mano, además de en las noticias.

Ojo, no estoy diciendo de ningún modo que la corrupción sea exclusiva de España, ni muchos menos; de hecho, una de las primeras cosas que se aprenden cuando uno vive en el extranjero es que, como asevera el dicho popular, en todos los sitios cuecen habas.

Dicho esto, lo cierto es que la corrupción, sobre todo la corrupción urbanística, parece haber alcanzado en España niveles insospechados y sin paralelo en otros países de nuestro entorno. Casos como el ocurrido en el Ayuntamiento de Marbella, por ejemplo, han circulado por los periódicos y telediarios de toda Europa.

Los irlandeses se preguntan –y me preguntan- qué es lo que pasa para que en España la corrupción esté tan generalizada, tan extendida. Y la verdad es que no sé qué decirles. Lo que sí sé es que estamos dando una imagen bastante lamentable y penosa y, como digo, esto no es porque la corrupción sea una cosa exclusivamente española (que no lo es) o porque no haya corrupción en Irlanda (que la hay, como en todas partes), sino porque la corrupción urbanística en España, la corrupción de muchos alcaldes, concejales, consejeros, etc. ha sido de verdadero escándalo, y muy extendida.

Y creo que lo peor de este asunto es que muchos políticos han pasado a descalificar a los jueces y el sistema judicial, afirmando que las presuntas corrupciones se juzgarán en las urnas: o sea, que si la gente vuelve a elegir a un alcalde, concejal, presidente autonómico o consejero que ha sido acusado de corrupción y/o está bajo investigación, sus presuntos delitos han sido perdonados por la gente y no debe ser procesado. ¿Pero qué clase de democracia sería esta en la que los delitos son juzgados en las urnas? ¿Y por qué los electores en muchos casos vuelven a votar a esta gente de manera masiva? ¿Acaso la gente siente envidia y admiración hacia estas personas que, teniendo la oportunidad de corromperse, se corrompen?

Quizás en esta última pregunta esté la clave, porque en cierta manera parece ser que estamos construyendo una sociedad en la que priman y se admiran valores como la fama, el dinero fácil, el ser corrupto y no ser cogido, etc., frente a valores como la honradez, la sinceridad y el esfuerzo. Por eso, cuando un político es acusado de (o procesado por) corrupción, la reacción de muchas personas es simplemente encogerse de hombros y decir “yo habría hecho lo mismo si hubiese tenido la oportunidad”.

2 comentarios:

  1. Hi Mr Mustard:

    Mi opinión particular es que se han relajado los controles sobre los políticos.
    Vengo de un país donde lamentablemente la corrupción campea de este a oeste. En España hay potencialidades turísticas que no tienen otros países de Europa y es allí donde radica la perdida de control. Intentando tener la mejor vista, el mejor lugar o las mejores oportunidades, el dueño del complejo turistico, que también tiene culpa en todo esto, intenta o saltarse la ley o mejorarla a su favor....
    Saludos

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  2. Hola Mustard,

    Intentando aproximarme un poco a las causas de la corrupción voy a exponerte 4:

    1/ La enorme cantidad de construcción en España, con la necesidad de recalificaciones de los suelos municipales, ha sido el caldo de cultivo para la corrupción. Si en España se construia casi lo mismo que en el resto de la UE junta, las posibilidades de corrupción de multiplican.

    2/ La sociedad valida la corrupción en las urnas. Eso lleva tanto a partidos como a potenciales corruptos a, digamos, tolerar o autotolerarse ciertas cosas.

    3/ El caracter latino, menos tendiente a la responsabilidad social y al respeto institucional, también es un componente importante.

    4/ La sociedad del pelotazo, la ganancia fácil, etc.

    Seguro que hay muchos más, pero te dejo estos 4.

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