viernes, 13 de agosto de 2010

Gran Hermano


No, no me refiero al programa de ‘reality TV’ así llamado, y al cual se conoce por aquí como ‘Big Brother’.

Me refiero al sentido original de ‘Gran Hermano’, al libro “1984” del visionario George Orwell.

Y es que parece cierto que los peores temores que expresaba Orwell en aquel célebre libro se han hecho realidad.

En Gran Bretaña la policía anima a los ciudadanos a que delaten a vecinos con hábitos ‘sospechosos’, a personas que crean pueden ser en realidad terroristas.

Han llegado tan lejos, se han pasado tantos pueblos, que hasta han tenido que retirar un anuncio de radio ante las protestas de varios oyentes. El anuncio decía así: "El hombre que vive al final de su calle no habla mucho porque le gusta preservar su intimidad; paga en efectivo porque no tiene una tarjeta bancaria, y tiene las cortinas siempre cerradas porque frente a su casa pasa un autobús. Eso podría no significar nada, pero en conjunto podría despertar sus sospechas. Todos tenemos un papel que desempeñar en la lucha contra el terrorismo. Si ve algo sospechoso, llame a la línea confidencial de la lucha antiterrorista".

La Advertising Standars Authority (ASA), organismo encargado de supervisar la publicidad en los medios de comunicación, prohibió su difusión porque puede ofender a aquellas personas que identifiquen su comportamiento con alguno de los representados en el anuncio pero no violan la ley. Además, algunos oyentes afirmaron que, naturalmente, puede incitar a venganzas vecinales.

El Reino Unido está obsesionado con el terrorismo desde los atentados de Londres en julio de 2005. En enero de 2006 el Ministerio del Interior de este país comenzó a revisar anualmente la estrategia antiterrorista y a hacer campañas publicitarias con el fin de concienciar a la gente sobre el problema del terrorismo.

Además de todo esto, el anterior gobierno laborista creó una legislación antiterrorista y un sistema policial que roza la violación de los derechos humanos. Se dio poderes a la policía para detener a toda persona que considere sospechosa de terrorismo sin una orden judicial, y concedió a los agentes la libertad de retener a un sospechoso hasta 28 días sin derecho a un abogado.

Cabe aquí recordar que el ciudadano brasileño Jean Charles de Menezes, de 27 años de edad, fue asesinado el 22 de julio de 2005 por la policía británica en una estación de metro de Londres, al ser chapuceramente confundido con un terrorista islamista. Este suceso, que tuvo lugar en medio de la tensión reinante tras los atentados del 7 y 21 de julio, estaba amparado por la doctrina policial inglesa de tirar a matar a potenciales terroristas suicidas.

La verdad es que el hecho de que la policía de un país considerado democrático anime a los ciudadanos a delatar a quien consideren sospechoso produce pánico. Verdadero pánico.

Y es de temer que esta paranoia colectiva, esta parafernalia de sociedad totalitaria y policial tipo ‘Gran Hermano’ se extienda a muchos otros países.

Todo ello en nombre de la democracia y de la seguridad. Pero lo cierto es que de democracia, cada vez menos.

Cuando se recortan derechos fundamentales en nombre de la seguridad, cuando un país se convierte en un estado policial que vive en un permanente estado de paranoia y de sospecha constante, de recelo y desconfianza, lo cierto es que los terroristas, los enemigos de la democracia, ya han ganado su primera batalla.

Así que ya lo saben: comportémonos todos como cretinos paranoicos, resentidos y chivatos contra aquellos vecinos que nos caen mal. Y demos paso así a una sociedad enferma.

Ya no se puede ser un excéntrico, lo que se solía comúnmente llamar ‘un bicho raro; ya no se pueden tener hábitos raros, ni ser un solitario, ni ser muy receloso de su intimidad. Ni, por supuesto, tener gustos algo peculiares o costumbres algo exóticas.

En Gran Bretaña ya se puede delatar a la policía a aquel vecino que nos cae mal, a aquel tendero con él que tuvimos aquella acalorada discusión hace un par de meses, a aquella persona que vive en el piso de al lado y no nos gusta nada porque el color de su piel es distinto al nuestro, a aquel otro tipo que solemos ver paseando por nuestra calle y que, sin razón aparente y sin haber mediado palabra, nos cae mal...

Se abre la veda.

¡Pero qué mierda de sociedad estamos creando, joder!

4 comentarios:

  1. Si supieras que tengo vecinos que responden a las características que mencionas.
    He vivido en UK durante un tiempo. Un año. En ese tiempo no se puede conocer como es una sociedad a fondo aunque da una idea. Al menos entonces y creo que sigue siendo es una sociedad abierta. Ha habido paranoia desde los atentados, pienso que porque a diferencia de España y de otros países no existe un método rápido de identificación. Mucho de los documentos que se utilizan no llevan foto del propietario lo que dificulta la verificación de datos. Algo similar ocurre en USA.
    No fue fácil en Madrid tampoco luego del atentado. Y a pesar que se ha relajado algo, están siempre vigente. Y se abusa algunas veces....

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Un hombre se corta en la mejilla al afeitarse (quizás porque usa navaja y la tiene poco afilada), y le ve su vecino. No hay que ser demasiado paranoico para reconocer en ese corte la marca del chivato.
    Como somos cobardes, nos da miedo. Si no lo fuésemos, nos daría pavor.
    De todas maneras no es nada nuevo, ya lo hacían los Mayas.

    Non ti preocupare, amico mio, no excesivamente.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por los comentarios, amigos.

    MANUEL: Eso es lo verdaderamente preocupante, que todos conocemos a vecinos, amigos, paisanos que responden a esas características y que por eso serían objeto de sospechas.

    ERIC MAGDALENA: En efecto, algo tan trivial como un pequeño corte al afeitarse puede salir bastante caro tal y como van las cosas en estas sociedades cada vez más paranoicas y recelosas.

    ResponderEliminar
  4. Hola !

    Echad un ojo a un libro de Bauman llamado vidas desperdiciadas, alli se refiere al nuevo gran hermano...este nuevo gran hermano esta personificado en los controles que existen en las fronteras para impedir que entre los no deseados, una vez dentro del mundo rico, entonces cominenza a operar el gran hermano como lo definia George Orwell, controlando todo los movimientos, el primer gran hermano repele, es un filtro el segundo controla....

    Bueno un abrazote...

    ResponderEliminar