martes, 24 de agosto de 2010

Reviviendo el pasado

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, continúa su política de expulsión masiva de gitanos, que le está valiendo una investigación por parte de la UE (que, mucho me temo, se quedará en agua de borrajas) y fuertes críticas de la oposición, a la que ahora se ha unido la Iglesia católica, con el Vaticano a la cabeza.

Ahora parece que Mussolini, perdón, quiero decir Berlusconi, se va a sumar a estas expulsiones masivas de gitanos. Ya sabemos que nada le gusta más a Berlusconi que lanzarse a la caza del emigrante.

Me pregunto qué pasará a continuación. ¿Irán a por los judíos el mes que viene? ¿Quizás a por los musulmanes?

Sí, ya sé que esto que digo puede parecer exagerado, pero la verdad es que no es fácil exagerar la magnitud de lo que está pasando. Estos políticos populistas, peligrosamente populistas, deciden adoptar medidas para contentar a la sección más reaccionaria, más estrecha de mente, más extremista, del populacho; a aquella parte de la población que decide culpar al inmigrante de todos los males, que generaliza sin fundamento, que ve al inmigrante como a un enemigo a combatir, a un delincuente, a –en el mejor de los casos- una persona que viene a robar un puesto de trabajo; que –en fin- culpa a todo un colectivo por los defectos de algunos individuos que forman parte de ese colectivo.

Una vez más, parece ser que nos gusta repetir la historia, olvidar los errores del pasado y revivir lo vivido. No aprendemos nada.

3 comentarios:

  1. Parece ser que nos diferenciamos en ciudadanos de primera y de segunda (puede que haya más categorías) y parece ser que va en relación a tu origen. Quisiera ver que pasaría si los gitanos fuesen de origen Alemán o Nórdico....

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  2. No conozco en profundidad la política de expulsiones que está llevando a cabo Sarkozy, pero aunque no soy amigo de fronteras ni banderas patrias, pienso que es necesario reconocer el problema que supone la inmigración masiva (sin despreciar lo mucho que nos aporta la convivencia intercultural).

    Ni siquiera la izquierda se puede permitir el lujo de rehuir el hecho de que la inmigración es un elemento desestabilizador (positivo o negativo) en el desarrollo de una comunidad, que requiere una regulación oportuna.

    Teoría aparte, en la práctica nos encontramos con que hace un tiempo se favorecía al extranjero incluso limitando sus obligaciones y dilatando sus derechos. Hoy, que 'estorba', pasa exactamente lo contrario. Deberíamos exigir a la clase dirigente que practique la misma política de inmigración (igualmente exigente en derechos que en obligaciones), independientemente de la situación económica.

    Como Manuel, soy contratio a categorizar al ciudadano según su raza, procedencia o cualquier variable independiente de su voluntad. Sin embargo, el grado de adaptación del pueblo gitano a la sociedad 'desarrollada' está muy por debajo de lo deseable. Al colectivo gitano se le ha invitado a adaptarse, incluso ofreciéndole facilidades.

    Desde luego el desenlace grosero en que ha desembocado la impaciencia de Sarkozy tampoco es el deseable, si bien a la vista está que la resolución del conflicto también debe pasar por un cambio de actitud en según qué grupos.

    Un saludo Mr. Mustard.

    http://cajadebombillas.blogspot.com

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  3. Gracias por los comentarios.

    MANUEL: En efecto, has puesto el dedo en la llaga: ¿qué pasaría si esos gitanos fuesen de origen nórdico, por ejemplo?

    ALEX: Es cierto que hay parte del pueblo gitano que quizás es menos adaptable, o más cerrada, pero ¿hasta qué punto se puede o se debe forzar la integración? Yo creo que el problema está en la generalización injusta que supone castigar a todo un colectivo, y discriminar y actuar contra él.

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