lunes, 23 de noviembre de 2009

10 años sin Enrique Urquijo


El 17 de noviembre pasado se cumplieron 10 años (¡10 años ya, qué rápido pasa el tiempo!) de la muerte de Enrique Urquijo, el líder y cantante de Los Secretos.

Recuerdo que no me enteré de la noticia de su fallecimiento hasta varias semanas más tarde cuando estuve de vuelta en mi tierra de vacaciones, ya que por aquel entonces no tenía acceso a Internet y andaba algo desconectado de lo que pasaba por España. Me lo dijo un amigo mío en un bar de nuestra localidad, y recuerdo que me cayó como un jarro de agua fría y que no salía de mi asombro.

Enrique Urquijo era en mi opinión uno de los mayores talentos del pop-rock hispano. Un genio absoluto a la hora de componer melodías inolvidables y letras muy poéticas y personales.

Como muchas otras personas de mi generación, crecí escuchando sus canciones en la radio, en la tele, en bares y discotecas... “Déjame” fue todo un hito... ¡Cuántas veces la habremos bailado en la discoteca local en las fiestas del instituto!

Los Secretos compusieron muchas de las mejores canciones del pop español de los 80 y los 90: ‘Déjame’, ‘Sobre un vidrio mojado’, ‘La calle del olvido’, ‘Quiero beber hasta perder el control’, ‘Volver a ser un niño’, ‘Ojos de gata’, ‘Qué sólo estás’, ‘Pero a tu lado’, ‘Y no amanece’, ‘Agárrate fuerte a mi María’, ‘Amiga mala suerte’... Inolvidables.

Empezaron con un sonido a medio camino entre el rock’n’roll y estilo ‘new wave’ de los 80, y de ahí evolucionaron hacia el country-rock y las rancheras... Y Enrique Urquijo expandió aún más su sonido cuando creó otro grupo, Enrique Urquijo y los Problemas, que se adentró en la canción de autor, el fado y los corridos mejicanos, entre otros estilos.

Enrique Urquijo era una persona triste, melancólica, con tendencia a la introspección e incluso a la depresión. Una persona a la que le costaba muchísimo encontrarse a gusto en el papel de estrella pop, que no llevaba demasiado bien lo de la fama... Una personalidad compleja, difícil, dual incluso, con una sensibilidad a flor de piel. Y todo esto se reflejaba en las letras de sus canciones, hermosamente tristes, y que hablan de rupturas sentimentales, del precio de la fama, de tristeza y dolor, de lo difícil que le resultaba ser feliz, de cómo muy a menudo él mismo era su peor enemigo...

Ojos de gata’ es sin duda alguna una de las canciones más hermosas que he escuchado en toda mi vida. Los primeros versos de la canción son los mismos que los del tema ‘Y nos dieron las diez’ de Joaquín Sabina, porque Sabina y Urquijo, que eran buenos amigos, la empezaron a escribir juntos en un bar, y acordaron que cada uno de ellos intentaría acabar la canción por su cuenta. Sabina escribió una canción alegre, en la que el protagonista acaba con la chica, mientras que Enrique Urquijo escribió un tema más acorde con su personalidad, en el que el protagonista acaba borracho y sin poder estar con la chica, incapaz de aceptar la fama.

Se me pone un nudo en la garganta cada vez que escuchó el verso ‘no quiero si desaparezco que nadie recuerde quién fui’ en la canción ‘Agárrate fuerte a mi María’ (que dedicó a su hija María). También me pasa lo mismo en esta misma canción con el verso “volveré a por ti algún día, escaparemos de aquí”: la promesa a su hija que nunca pudo llegar a cumplir.

No hay mejor homenaje que escuchar sus canciones, disfrutar de su poderosa voz, emocionarse con sus letras... Si a alguien le apetece leer algo sobre Enrique Urquijo recomiendo la biografía ‘Adiós tristeza’ de Miguel A. Bargueño.


Ojos de gata – Los Secretos

Fue en un pueblo con mar

una noche después de un concierto

tú reinabas detrás

de la barra del único bar que vimos abierto.


-“Cántame una canción al oído

te sirvo y no pagas”,

-“sólo canto si tú me demuestras

que es verde la luz de tus ojos de gata”.


Loco por que me diera

la llave de su dormitorio

esa noche canté

al piano del amanecer todo mi repertorio.


Con el "Quiero beber"

el alcohol me acunó entre sus mantas

y soñé con sus ojos de gata

pero no recordé que de mí algo esperaba.


Desperté con resaca y busqué

pero allí ya no estaba

me dijeron que se mosqueó

porque me emborraché y la usé como almohada.


Comentó por ahí

que yo era un chaval ordinario

pero cómo explicar

que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario.


Pero cómo explicar

que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario.

4 comentarios:

  1. Hi Mr Mustard:
    Las canciones son como el vino, mejoran con los años.
    Igual sucede con los compositores de talento.
    Pero a veces ese talento se va de forma prematura.
    Me gusta mucho Déjame. Aunque esa de ojos de gata no me disgusta.

    Gracias por pasar por el blog.
    Saludos

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  2. Enorme, con final predecible, por otra parte.
    Y eso lo agranda más.
    Un abrazo.

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  3. De putos yonquis están los mitos llenos.

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