viernes, 11 de junio de 2010

¡Ya está aquí el Mundial!

Hoy comienza el Mundial de Fútbol 2010 de Sudáfrica, que durará justo un mes, hasta el 11 de julio.

Debo decir en primer lugar que no soy muy futbolero, aunque sí que me gusta el fútbol. A ver, me explico: no soy uno de estos fanáticos del fútbol que ven partidos a todas horas, que deben tragarse al menos un partido cada fin de semana, y que se pasan los días hablando de si aquel penalti lo era o no o de si había o no fuera de juego en aquel gol. Suelo ver lo que yo llamo partidos importantes, como los duelos Madrid-Barça, Barça-Valencia, Madrid-Valencia, etc. o en la liga inglesa Manchester United-Chelsea, Manchester-Liverpool, etc... Y sigo también la Champions League, sobre todo aquellos partidos que me resultan a priori interesantes.

Sigo los resultados y la clasificación.

Pero debo admitir que soy, y he sido desde siempre, un apasionado de los Mundiales de fútbol, y de las Eurocopas. Intento tragarme todos los partidos que puedo, y siempre me ha resultado interesante ver cómo en unas pocas semanas pueden concentrar un número tan grande de partidos importantes, en los que se verán goles, jugadas y momentos que pasarán a la historia del fútbol.

Otra razón por la que me gustan tanto los Mundiales es que, a diferencia de lo que pasa a veces con los clubs ligueros, en un torneo de naciones hay pocos partidos en los que uno es realmente neutral u objetivo: siempre hay un país que te despierta más simpatías (o antipatías) que otro, siempre hay un país (o países) al que te gustaría ver dar una sorpresa.

Por último, otro motivo por el que me apasionan los Mundiales es por ver si España consigue dejar atrás de una vez por todas su mayormente triste y decepcionante historia en los mismos, por lo menos hasta el reciente triunfo en la Eurocopa de hace 2 años. El primer Mundial del que tengo recuerdo es precisamente el que organizó España en 1982, y que acabó para nuestra selección de manera lamentable y totalmente decepcionante; creo que todos recordamos aún aquella penosa derrota ante Irlanda del Norte.

Luego vino México 86: un equipo muy bueno, con Butragueño a la cabeza; pero después de aquel fantástico 5-1 frente a Dinamarca que vivimos y disfrutamos de madrugada (creo recordar que el partido empezó a las 12 de la noche hora española), nos tuvimos que marchar en cuartos de final al perder en los penaltis frente a Bélgica.

Le siguió la decepción de Italia 90, donde con Luis Suarez de entrenador nos marchamos a casa en octavos después de perder contra Yugoslavia.

¿Y qué decir del Mundial del 94 en Estados Unidos? Partidazo de cuartos de final contra Italia, en el que esta selección prácticamente se limitó a defender durante todo el partido (como viene siendo habitual en ellos), pero después de un gol tardío de Roberto Baggio y un codazo de Tassoti a Luis Enrique nos fuimos a casa compartiendo las lágrimas que caían por el rostro del jugador español.

El Mundial de Francia 98 fue totalmente decepcionante, y no pasamos ni siquiera de la primera ronda.

En el de Japón-Corea del Sur de 2002 nos fuimos a casa tras perder en la tanda de penaltis en cuartos de final contra uno de los anfitriones, Corea del Sur, tras varias decisiones arbitrales muy discutibles ante las que uno no puede evitar la sospecha de que se quería a toda costa que Corea llegase a las semifinales. Más lágrimas, esta vez de Morientes.

Y en el último Mundial, el de Alemania 2006, tras una muy buena actuación en la fase de grupos, quedamos eliminados en octavos frente a Francia.

Y si hablamos también de las Eurocopas, todos recordamos el chasco de la final de 1984 en París contra Francia, cuando Platini marcó aquel gol tan surrealista a Arconada.

¡Menos mal que por fin en 2008 pusimos fin a esta maldición y demostramos que tenemos el mejor conjunto de jugadores que hemos tenido en toda la historia ganando la Eurocopa de forma excepcional!

Como dato curioso, diré que España ganó la Eurocopa el día 29 de junio de 2008, tan sólo un día después de que naciera nuestra hija María. ¡Ya os podéis imaginar que fue un fin de semana para no olvidar jamás! Aun cuando, por supuesto, el nacimiento de un hijo no se puede comparar a nada más, y está a miles de años luz de que un equipo gane o no un trofeo. Eso es cierto, pero también es cierto que el triunfo de España hizo que aquel fin de semana fuera aun más especial de lo que ya lo era. Y siempre suelo decir que María trajo el trofeo con ella cuando nació, je, je.

He oído y leído muchos comentarios sobre el Mundial de Fútbol estos días, y muchos de estos comentarios se quejan de que el gobierno –los gobiernos- está usando la excusa del Mundial como el “pan y circo” del momento, para hacernos olvidar los graves problemas que acosan a los ciudadanos en esta crisis. “Nos están aborregando”, dicen.

En parte estoy de acuerdo con esto: es cierto que los gobiernos (no sólo el de España) usan ocasiones y acontecimientos como este como una maniobra de distracción, un balón de oxígeno, y más en momentos como estos en que estamos sumidos en una crisis tan grave. Pero, por otro lado, y teniendo todo lo dicho en cuenta, tampoco tiene nada de malo evadirnos hasta cierto punto de los problemas diarios, y relajarnos y disfrutar unos días viendo algo de buen fútbol.

¿Ganará España el Mundial? ¿Hará por lo menos una buena papeleta? De todo esto hablaremos otro día.

De momento, disfrutemos del comienzo de este Mundial.

2 comentarios:

  1. Hi Mr Mustard:

    Esta vez España tiene buen equipo y además mentalidad ganadora.
    Han hecho las cosas bien y ojala también tenga la suficente humildad para saber que solo con esfuerzo se llega a ser primeros.

    Saludos

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  2. Hola Manuel,

    Gracias por pasarte por el blog. Sí, yo creo que España tiene mejor equipo que nunca, y que hay posibilidades, pero también es verdad que en Mundial cuentan muchos factores distintos.

    Y como bien dices, hace falta humildad y esfuerzo.

    Gracias.

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