El profesor universitario Jesús Neira, que se dio a conocer por defender a una mujer de la agresión de su compañero, ha pasado de héroe a villano en cuestión de muy poco tiempo.
Su intervención en defensa de aquella mujer fue absolutamente loable, y sin duda un gran ejemplo para la sociedad.
Pero el problema es que la sociedad inmediatamente encumbró a este hombre a la posición de casi un santo, un dios.
A los españoles nos encanta encontrar héroes, elevarlos a los altares y cantar sus alabanzas a los cuatro vientos. Y sólo hay una cosa que nos gusta más: defenestrarlos, desencumbrarlos y ponerles a parir.
Esto es lo que ha pasado con Jesús Neira, aunque en gran parte él mismo se lo ha buscado. Nombrado Presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional contra la Violencia de Género por Esperanza Aguirre, arremetió de mala manera contra Zapatero y contra las hijas de éste, mostrando una total falta de respeto. Hace pocos días fue detenido por conducir dando tumbos con su coche y tras dar positivo en la prueba de alcoholemia.
Como consecuencia de este incidente, parece ser que Aguirre le va a cesar en su puesto.
Reitero que tan loable y digna de alabanza me parece su intervención en defensa de aquella mujer como estúpida y condenable lo es su actitud de conducir con una tasa de alcoholemia que triplica lo permitido. O sus comentarios zafios sobre las hijas de Zapatero.
Parece ser que la altura ética que se le podía presumir a esta persona tras su intervención inicial no era tal.
Ahora bien, yo creo que el principal problema radica en que la sociedad española elevó a los altares a esta persona con demasiada rapidez, y de la misma manera se apresta ahora a ponerlo a la altura del barro. Y, claro está, Neira no era un ángel celestial entonces como tampoco es un malvado demonio ahora. Es una persona como otra cualquiera, con sus virtudes y sus defectos. El problema es que a los españoles nos encanta “santificar” a las personas, imaginar que son perfectas, que no tienen ningún defecto, y nos encanta aun más volver a hundirlas en el fango, sin término medio.
Gente como el profesor Neira hay mucha. Hay quiener repelen agresiones y por eso no son premiados con un puestazo. Recuerdo el caso de un ecuatoriano que trabajaba de transportista y vio como un tío asediaba a una mujer con un cuchillo. El héroe sin medallas frenó, se bajó de su furgoneta y detuvo al agresor. Salió en las noticias. Punto. Ya nadie se acuerda de él, quizá porque tuvo la fortuna de no quedar comatoso. El profesor Neira hace lo propio y encima tiene mala suerte y queda en coma. A la descerebrada presidenta de la comunidad de Madrid le da por premiarle con un puesto que creo que le viene grande. Yo una vez conseguí llevar a una niña pequeña perdida a donde estaban sus padres y por ello no creo que merezca un puesto como asesora del menor. Neira, además, ha tenido algunos gestos y manifestaciones un poco groseros. Me da igual de qué color es su carnet político. ¿Que lo hacen dimitir? Quizá se precipitaron al darle un puesto. ¿Por haber dado positivo en un control de alcoholemia? Eso ya es pasarse. Pero, ante todo, creo que no debió aceptar aquél puesto por lo que hizo. ¿Por qué aquél premio?
ResponderEliminarComo dice Jili, "gente como el profersor Neira hay mucha". Desgraciadamente. En un periódico regional de Asturias despide cada día su mala baba y su odio, en una columna del periódico, un tal Nieira, pero éste de nombre Javier. Está cortado por el mismo patrón que este profesor, y como tantos como él: Jimenez Losantos, Ussia, Dávila, Terch...etc...
ResponderEliminarY sí, hizo UNA vez una cosa muy noble: defender a una mujer de la agresión del macarra de su marido, la misma que fué por las televisiones diciendo que no se tenía que haber metido en una discusión de pareja. Estuvo unos meses en coma y quedó como un héroe. Yo también lo tomé como tal. Pero cuando salió del hosspital y empezé a ver su aptitud, la cosa no me cuadraba. Finalmente cuando empezó a dar rienda suelta odio, fanatismo en las supuestas tertulias de Intereconomía y Telemadrid, ya lo ví claro.
Precisamente tenía un borrador para publicar una entrada sobre el tema en mi blog. Pero me arrepentí y lo borré. Iba a dar rienda suelta a mi ira e iba a decir cosas políticamente incorrectas. Aún así he puesto tres enlaces de otros blogs sobre el tema en mi última entrada.
Pero volviendo al tema, no hay que sorprenderse. Cuantas veces han aparecido violadores y asesinos que cuando eran descubiernos, sus vecinos y amigos afirmaban que no lo podían entender porque eran personas "normales", "educadas" o que ayudaba a los viejecitos a cruzar la calle?
Hitler era defensor de la naturaleza y amante de los animales, a los cuales trataba con cariño y respeto; y fíjate lo que hizo. Una cosa no quita a la otra. Cualquiera de nosotros puede ser un ángel y en un momento dado ser el demonio, y viceversa, podemos ser el mismo demonio y en un momento dado portarnos como un ángel.
Gracias por los comentarios:
ResponderEliminarJULI GAN: Sí, es verdad, lo entronizaron y premiaron demasiado, y demasiado pronto, cuando la verdad es que hay otros héroes anónimos del día a día que pasan desapercibidos.
RUNAWAY: Tienes mucha razón en lo que dices sobre que personas muy buenas en algunos aspectos pueden ser auténticos demonios en otros, y al revés. El ejemplo que has puesto de Hitler viene que ni pintado, y aprovecho para recomendar la película 'Downfall' (El Hundimiento), que ilustra muy bien todo eso que dices sobre Hitler y la dualidad humana.
Gracias