jueves, 2 de septiembre de 2010

La culpa es del otro

Siguiendo con el tema del que hablaba brevemente ayer, las declaraciones de Tony Blair en su autobiografía de que “sabía que Gordon Brown iba a ser un desastre”, supongo que Blair dice esto porque más o menos considera a su sucesor Brown culpable de la derrota de los laboristas en las pasadas elecciones generales en el Reino Unido.

Claro, para Blair la culpa es de Brown. La derrota electoral no tiene nada que ver con el empeño de Blair de ser el perrito faldero de Bush (el primer perrito faldero de Bush, porque el segundo fue Aznar), ni con su decisión de entrar en Irak cual elefante en una cacharrería (con la cantidad inaceptable e inexcusable de vidas humanas que esta guerra se ha cobrado), ni con su laborismo descafeinado (tan descafeinado que de laborismo sólo tenía ya el nombre). No, claro, qué va. La culpa es sola y exclusivamente de Brown.

Desde que el ser humano es ser humano le gusta encontrar a otro sobre el que hacer recaer todas las culpas, todos los males y desgracias. Pasa lo mismo en España con la crisis: ahora resulta que la culpa de la misma, y de la elevadísima tasa de desempleo, es única y exclusivamente de Zapatero. Vamos a ver: yo soy y seré el primero en decir que Zapatero ha tenido gran parte de culpa, porque reaccionó tarde, poco y mal. Pero no seamos ingenuos: algo (bastante, digo yo) de culpa tendrán los años de gobierno de Aznar, su política económica neoconservadora, basada en el ladrillazo y las privatizaciones y los contratos temporales y de baja calidad. Aquellos vientos sembraron estas tempestades. Y sin embargo, ahí tenemos ahora a Aznar, lavándose las manos y haciendo como que con él no va la cosa. “No, si yo solamente pasaba por aquí”, parece decir cada vez que se deja fotografiar o hace declaraciones a la prensa en su afán por presentarse como un salvapatrias.

Es la misma doctrina que en los países occidentales durante los años de la Guerra Fría culpaba al comunismo de todos los males del mundo, e incluso algunos personajes (Franco, Pinochet, Thatcher, Reagan, por ejemplo) describían a los comunistas como personas vestidas de rojo con dos cuernos y un rabo, cual demonios.

La misma idea que, salvando distancias, claro está, usó Hitler en la Alemania de los años 30: echar la culpa de todos los males a los judíos.

Al igual que muchos echan la culpa ahora a los inmigrantes de la crisis económica, del desempleo y de la recesión. Lo preocupante es que muchos políticos caen también en este peligrosísimo juego movidos por electoralismo.

La culpa es siempre del otro.

2 comentarios:

  1. La culpa es de Zapatero.
    Rajoy for president, es el que tiene la solución para todo
    (mode inronic off)

    Lo que sería interesante es que, ese gran hombre, Jose Mary I de Espáña coño, escribiera un libro y habrara del que puso como sucesor. Lo que me iba yo a reir. Y hablas tu de Blair...

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  2. RUNAWAY: Gracias por el comentario. Pues sí que sería para troncharse de risa, sí.

    Un saludo

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