martes, 19 de octubre de 2010

En blanco y negro

Cada vez que voy de vacaciones a mi tierra me compro algunos libros en castellano, algunos de autores actuales que me gustan, otros clásicos.

En los últimos años he leído algunos libros de Arturo Pérez Reverte, encuentro sus novelas entretenidas. Hace unos meses leía en Internet unas declaraciones de este escritor en las que venía a decir lo siguiente: “Está claro que no soy de derechas... ni de izquierdas”.

¡La que se montó! En los espacios que ahora ceden las páginas de internet de los medios para que le gente comente las noticias tuvieron lugar discusiones de lo más encendidas, y de lo más disparatadas.

Los comentarios dividían a la gente principalmente en cuatro grupos: aquellos a los que les gusta Pérez Reverte y aquellos a los que no, aquellos que creen que este escritor es de derechas y que eso es malo, y finalmente aquellos que creen que es de izquierdas y que eso es malo.

El tono de los comentarios daba a entender que la gente creía que el hecho de que Pérez Reverte fuera bien de derechas bien de izquierdas es lo que le definía como un buen o mal escritor, o incluso como una buena o mala persona.

Menuda tontería: ¿desde cuándo tiene tanta importancia que una persona sea de derechas o de izquierdas? ¿Vamos a definir y categorizar a las personas simplemente por sus simpatías políticas?

A veces no nos damos cuenta de que el mundo y la vida no son casi nunca en blanco y negro, sino que se presentan en distintas tonalidades de gris. Es como si quisiéramos definir siempre el mundo en términos de “nosotros” y “ellos”, levantar muros, resaltar lo que nos separa en vez de lo que nos une: enseguida queremos averiguar si una persona es de derechas o de izquierdas, del Madrid o del Barça, si escucha la Ser o la Cope, etc. Y como si a partir tan sólo de sus inclinaciones pudiésemos ya decidir si una persona nos cae bien o mal, si es de los “nuestros” o de los “otros”.

Desde que vivo fuera me he dado cuenta que esto del enfrentamiento sectario es algo que se da más en España que en otros países. Tal vez por nuestro temperamento mediterráneo, no lo sé, pero lo cierto es que solemos ver el mundo en blanco y negro con demasiada frecuencia, y a defender nuestras opiniones sin ni siquiera escuchar las de los demás.

Blas de Otero definió a España como una “paloma buscando cielos más estrellados, donde entendernos sin destrozarnos, donde sentarnos y conversar” en aquel poema que popularizó la voz de Ana Belén.

Por favor, seamos un poco más tolerantes y algo menos sectarios. El blanco y negro está muy bien, pero para las películas de Bogart, de Chaplin y de los hermanos Marx.

6 comentarios:

  1. Me da igual el color del voto de Pérez Reverte. Sí, a mí también me encantó el maestro de esgrima, la tabla de Flandes o el club Dumas, pero depués de esto, desarrolló una forma de expresarse -y de publicar- de la que me hago cruces. Si te lees "Cabo de Trafalgar" todo son chistecitos y peroratas chovinistas españolas a costa de los franceses. Eso no es un libro, es un inslulto prolongado. Frasecitas tipo "liberté, ègalité y merdé" no tienen gracia más de una vez, imagínate todo un libro haciendo giros modernos mediante inglés de calle "okey, mackey". Y lo peor es el sustrato. Sacar el pequeño orgullo rencoroso de español menospreciado...doscientos años después.

    Me da igual su tendencia política, si es que la tiene, pero la basurita que echa encima a la gente que lo lee es más bien peligrosa.

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  2. Me ha gustado el comentario que haces sobre blanco y negro. Yo, también creo que no todo es o no es, hoy dia, tal vez debiéramos mentalizarnos en otro tipo de política, y si que estamos acostumbrados, la mayoria, a catalogar a las personas porque son...

    En fin, no me he leído a Reverte, cosa que ha hecho mi marido, pero el nunca me hace comentarios políticos, tan sólo me insinúa si le ha gustado el libro o no. Tenemos en casa El Asedio, igual algún dia me da por leerlo, pero tampoco es el tipo de lectura que me gusta, el tocho, prefiero algo más sencillo y de bolsillo. No soy una gran lectora, mal para mi.

    Saludos.

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  3. A pesar de gustarme la literatura y ser un lector empedernido, no tengo como prioridad el leer alguna novela de Arturo Pérez Reverte, a pesar de que ahora hay una promoción de todas sus obras comprendo El País. Prefiero otros autores y otra literatura.

    Lo que sí he leido algunos de sus artículos. En muchos de ellos estoy de acuerdo con en el fondo, pero no en las formas. Es un tipo un tanto prepotente y faltoso; le pierden las formas. Me gusta las personas que sea políticamente incorrectas, pero hasta cierto punto. Todos en algún momento dado nos cabreamos y damos rienda suelta a nuestra indignación y nuestra ira; pero no lo puedes hacer sisteméticamente porque pierdes tus razones.

    En cuanto a su tendencia política, es evidente de que está encorado a la derecha aunque él quiera ir de neutral o independiente cantándoles las verdades del barquero a un lado o a otro. Me parece correcto, hasta cierto punto, se puede ser neutral o independiente, pero nunca ambiguo. Ante ciertas cosas hay que tomar partido y mojarse.

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  4. A veces pienso que la opinión de ciertos personajes públicos me suenan a publicidad engañosa. Decir esto lo pone en boca de todos.

    Aunque a veces suena peyorativo el Sr Reverté......


    Saludos

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  5. Gracias por los comentarios. Vayamos por partes:

    JULI GAN: La verdad es que no he leído ‘Cabo Trafalgar’, y por lo que dices se me han quitado las ganas de hacerlo. De todos modos, quiero aclarar que yo ponía a Pérez Reverte tan solo como un ejemplo, eso es todo; la entrada no es en realidad sobre este escritor, sino sobre lo fanáticos y sectarios que podemos llegar a ser, y cómo muchas veces no nos fijamos más que en las opiniones de una persona para decidir si nos caen bien o mal.

    FELICITAT: Exactamente, eso es lo que quería decir: con qué facilidad, y qué injustamente la mayoría de las veces, catalogamos a las personas en base a nuestros prejuicios y nuestro fanatismo...

    RUNAWAY: Estoy de acuerdo con lo que dices sobre las formas, aunque también debo decir que he leído alguna declaración de Pérez Reverte en la que explicaba que adopta otro ego cuando escribe un artículo, y que es este ego el que usa un lenguaje a veces zafio y chabacano. Y yo también creo que escora algo hacia la derecha; pero precisamente lo que preguntaba mi entrada es si el hecho de que una persona sea de derechas o de izquierdas le hace ser una buena o mala persona, un buen o mal escritor, deportista, etc... Por ejemplo: ¿Es Gabriel García Márquez, por ser de izquierdas, mejor escritor (o peor escritor) que Mario Vargas Llosa por ser de derechas?

    MANUEL: Tienes mucha razón en lo de la publicidad engañosa. Además, creo yo, no podemos olvidarnos de que muchas declaraciones de escritores, artistas, personajes públicos, etc. no tienen más finalidad que la de provocar.

    Saludos.

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  6. Mean mr. Mustard: Sí, creo que me he dejado llevar por lo que me produce cierta meteria literaria del señor Pérez Reverte. Sí que pecamos de sectarios en éste país ante todo lo mediático, en eso tienes toda la razón y se mezclan cosas. Y es un grave defecto que padecemos. En esta cuestión, como bien dice Runaway, y al menos es en mi caso, la prepotencia y la tendencia al insulto del señor Pérez Reverte hace que lo mire con mucha prevención.

    Un saludo.

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