miércoles, 3 de marzo de 2010

Padre por segunda vez

Estoy seguro de que algunos/as de los que habitual y amablemente os pasáis por este blog de puertas abiertas os habéis extrañado de mi ausencia durante los últimos días. Pues bien, esta ausencia se ha debido al hecho de que he sido padre por segunda vez.

Sí, así es: mi mujer, irlandesa, dio a luz a un niño (fue sorpresa, no queríamos saber si iba a ser niño o niña) aquí en Dublín el pasado 14 de febrero, día de San Valentín. El bebé se llama Carlos, como yo, y tanto él como su madre se encuentran perfectamente. Nuestra hija María, de 20 meses recién cumplidos, se ha adaptado perfectamente a la llegada de su hermanito, pese a nuestros temores, y no para de darle besos y acariciarle.

Bueno, algunos/as vais a decir que me estoy poniendo meloso, por lo que voy a decir a continuación, pero os prometo que mi intención es tan solo ser completamente sincero, desnudar mi alma durante unos momentos, si me lo permitís. Pues bien, ahí voy: os puedo decir que ser padre es la experiencia más maravillosa, gratificante, increíble y bonita que he tenido en mi vida. Aquellos de vosotros/as que seáis padres o madres ya sabéis de lo que estoy hablando. Recuerdo cuando nació mi hija María, a finales de junio de 2008, esas sensaciones de felicidad completa y de ensimismamiento que me invadieron y se apodaron de mi persona durante varias horas, días incluso. Sensaciones, sentimientos que se han vuelto a repetir ahora con el nacimiento de Carlos.

Tu vida cobra de pronto un sentido pleno, nuevo, y sabes desde el momento que ves a tu hijo/a que darías tu vida por ellos sin dudarlo ni un segundo, sabes que harías cualquier cosa por ellos, que los vas a querer, cuidar, proteger y defender toda tu vida. Incluso, seas o no religioso, te hace pensar sobre la idea de la inmortalidad porque descubres que a partir de ese momento eres en cierto sentido inmortal, porque seguirás viviendo en tus hijos, y en los hijos de tus hijos, aun después de muerto...

Sí, ya sé que me estoy poniendo muy serio y trascendente, y metafísico, pero es que no sé cómo explicar esas sensaciones y esos sentimientos de otro modo, las palabras simplemente no hacen justicia.

Para acabar os comento un par de cosas: la primera, que mi mujer y yo siempre decimos que nuestros hijos son ‘Spirish’, un vocablo inventado por nosotros que quiere decir que son medio españoles (‘Spanish’) y medio irlandeses (‘Irish’).

La segunda: hablaba aquí hace algunos meses de que llevaba 10 años viviendo en Irlanda, y comentaba cómo uno no puede evitar comparar qué cosas están mejor en Irlanda y cuáles están mejor en España. El nacimiento de mi hijo me ofrece otro buen ejemplo de esto: el permiso de paternidad en España es de 3 semanas mientras que aquí es de tan sólo 3 días, pero el de maternidad es de 6 meses aquí en Irlanda mientras que en España es sólo de 4. La conclusión es que, como decía en aquella entrada de hace unos meses, ciertas cosas están mejor aquí mientras que otras están mejor allí. Así de simple.

6 comentarios:

  1. Felicitaciones compañero por tan hermoso regalo. Dios bendiga y ampare a sus hijos por siempre. Es muy afortunado.

    ResponderEliminar
  2. Hi Mr Mustard: Felicidades por este regalito.
    No me canso de decir que ser padre es algo de lo más satisfactorio (con todo y dolores de cabeza ;D)ç
    Creo que todo ha salido bien por lo que escribes. Adelante y felicidades de nuevo

    ResponderEliminar
  3. Felicidades Papi. Supongo que se te cae la baba. Yo en tu lugar también se me caería.

    ResponderEliminar
  4. ¡¡Muchísimas felicidades!! La mejor noticia del día, me alegro por tu familia :)

    ResponderEliminar
  5. Enhorabuena, mr. Mustard. Me alegro mucho por ustedes y su feliz familia.

    ResponderEliminar
  6. Amigos/as:

    Muchas gracias por sus comentarios y sus buenos deseos, que aprecio profundamente. Y por favor, tutéenme.

    Estos días ando (andamos) algo cansado(s), pero merece la pena, por supuesto que sí.

    Muchas gracias. Un saludo cordial.

    ResponderEliminar