martes, 20 de octubre de 2009

El niño del globo

Se sigue hablando estos días de la noticia del niño de Colorado, EEUU, que la opinión pública estadounidense creía a la deriva a bordo de un globo, y cuya odisea siguieron en directo por televisión miles de espectadores.

Después de que el niño fuera encontrado sano y salvo en el garaje de la casa familiar y que se descubriera que el niño no había estado en el globo, parece ser ahora que todo esto no era más que un simple montaje de la familia, o del padre, para hacerse famosos. Aparentemente el padre es un científico o inventor aficionado con grandes ansias de fama, y se había presentado a varios ‘reality’ shows de televisión para intentar ser famoso.

Estoy seguro de que en los próximos días descubriremos otros aspectos relevantes de esta historia. Pero por ahora me interesaría resaltar dos aspectos de esta historia que me han llamado poderosamente la atención.

Uno es el borreguismo de muchos –quizás casi todos- medios de comunicación en la actualidad, que sin molestarse en confirmar la veracidad o evidencia de una noticia la propagan a los cuatro vientos sin medir las consecuencias que esto puede acarrear. Este comportamiento le lleva a uno a preguntarse cuántas y cuáles de las noticias que leemos diariamente y tomamos como realidad absoluta, noticias que a lo mejor se olvidan al día siguiente y por lo tanto ya no se ven en la necesidad de desmentir, son realmente veraces y son tal y como nos las cuentan. ¿Tanto cuesta confirmar la veracidad de una noticia?

El otro aspecto es la importancia exagerada, totalmente fuera de lugar, que se le da a la fama en nuestra sociedad actual. Se trata de conseguir ser famoso a cualquier precio, no importa cómo, de conseguir esos 15 minutos de fama aunque nos dejemos nuestra alma por el camino. Los ‘reality’ shows de la televisión, programas del estilo de Gran Hermano y de Operación Triunfo (que aparecen en todos los países del mundo occidental con distintos nombres), en los cuales los concursantes venden a menudo su dignidad por fama y dinero, crean y fomentan una sociedad en la que lo importante es ser famoso a cualquier precio. Estamos creando una sociedad cada vez más competitiva, en la que lo importante es ganar (el que queda segundo es tan sólo un perdedor más) y alcanzar la fama. Lo curioso de todo esto es que bastante a menudo muchas personas famosas dicen en entrevistas que añoran terriblemente su vida antes de que se hiciesen famosas, su anonimato, el poder entrar en un restaurante o un cine, o el poder salir a la calle, sin ser reconocido; y también a menudo transmiten la idea de que el anonimato es mucho más valioso que la fama.

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(Un punto y aparte. Se me olvidó mencionar ayer en mi entrada sobre Tony Blair otros dos aspectos que considero importantes respecto a Blair: el hecho de que su gobierno restringió los derechos y libertades civiles en Gran Bretaña de forma exagerada con la excusa de la seguridad y la lucha contra el terrorismo; y la muerte a tiros por Scotland Yard del ciudadano brasileño Jean Charles de Menezes, en el metro de Londres, al ser confundido con un presunto terrorista).

5 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo Mustard, en el Hotel donde trabajo todo elmundo estaba espectante a que el niño saliera de ese globo,

    La verdad es que ya cualquier cosa parece que es noticia,,,

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  2. Yo estaba viendo las noticias de la noche de tv3, que presenta el caracartón de Ramón Pellicer y daban la noticia en directo de un panoli intentando agarrar un globo. me pareció tan absurda que no era capaz de salir de mi asombro. ¿A santo de qué nos sacaban imágenes en directo de semejante "noticia"? Enseguida pensamos en casa "Huy, aquí hay gato encerrado. ¿Qué nos querrán vender". Que un hecho tan chorra sea noticia internacional y olía mal, pero una historia tan estúpida. ¿Quienes son los protas de la "aventura" del globo y qué quieren decirnos?

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  3. Estaba yo tomando unas cañas en el bar. Hasta ese momento, excepto yo y un par de personas más, estaban pendiente del Telediario que estaba retrasmitiendo desde la tv del local.
    Fué aparecer el show del globo y todo el mundo, dejó de hablar y se quedaron embobados mirando la pantalla como cuando hay un partido de futbol.El periódico de la casa casi nadie lo lee, salvo la sección de deportes y el más manoseado es el Marca.

    Vivimos en un mundo superficial de espectáculos deportivos, relitys shows y telebasura. Son el nuevo "pan y circo" romanos y el futbol el nuevo "opio del pueblo" en sustitución de la religión.
    Anoche pasaron por la SEXTA la película "15 minutos" protagonizada por Robert de Niro, y que es una crítica a todo este tema de los shows televisivos.

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  4. Buenas Tarde Mr Mustard:
    Hace unos dias atras salio en el telediario de antena 3 lo que pagaba un diario amarillista inglés (daily mirror puede ser?, no estoy seguro: 600 €. Lo pero es que no se molestaban en saber si la fuente era buena o no y lo más importante si la noticia era cierta. Simplemente es una "exclusiva" que quieren dar....

    El detalle no es la fama en si. Sino lograrla de forma rápida y sin mucho trabajo.

    Indira Gandhi decía que su abuelo tenía un dicho. Va mas o menos así: En el mundo hay 2 clases de personas: quienes trabajan y quienes quieren merecer. Apuntate en los que quieren trabajar....Habrá menos competencia.....
    Saludos Mustard

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  5. Wow, excelente tema. Aunque me provoca hablar del tema del niño del globo, me parece mejor aprovechar éste espacio para ir a lo denso de su comentario.

    El tema de la fama se ha torcido hoy en día de una manera feroz como los haz reseñado. Pero yo creo que eso tiene un motivo claro, y es el nihilismo imperante en nuestra sociedad. Los antiguos a través de la política y las grandes acciones se inmortalizaban en la historia. Ese era su modelo de vida. El cristianismo permitió una salida a todos los demás, la eternidad en la salvacion del Reino de Dios. Pero en la modernidad Dios ha muerto, y la política no volvió a ser como en la antiguedad. Por ello el individuo se enfrenta al vacío infinito de la muerte y a la futilidad de su existencia. El hombre moderno está condenado a morir sin salida. Esta realidad lo condena a la desesperación y al nihilismo producto de haber perdido la fe en la comunidad por un lado, y en Dios por el otro lado. Y no podemos culpar a los indivudos por tratar de escapar de la muerte, porque eso es algo que todos al menos intentamos. Debemos es condenar a nuestra sociedad de masas que somete al individuo a la estéril condición del anonimato sin sentido. Incluso el anonimato puede tener sentido después de la muerte, pero no en la modernidad. Y para concluir dejo una cita de Hanna Arendt que para mi resume el problema de principio a fin: "Nada distingue quizá tan radicalmente a las modernas masas de los siglos anteriores como la pérdida de la fe en el Juicio Final: los peores han perdido su temor y los mejores han perdido su esperanza."

    Definitivo.

    Un saludo y gracias por su buen artículo.

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