Tiendas de discos

Paseo por las calles de mi ciudad natal, por las de ciudades en las que he vivido y por las de la ciudad en la que vivo ahora, Dublín, y no puedo evitar sentir algo de pena al ver en muchas de estas calles locales comerciales que antes estaban ocupados por tiendas de discos y que ahora o están vacíos o han sido convertidos en tiendas de otro tipo.

Siendo como soy amante de la música, como ya he explicado en otras entradas, veo que se hace cada vez más difícil conseguir ese CD que buscas, a no ser que recurras a comprarlo en una de las tiendas de internet o a bajártelo gratis por internet. Cada vez quedan menos tiendas de discos, las pocas que quedan cada vez tienen menos variedad y surtido, y la mayoría de los dependientes de estas tiendas tienen tanta idea de música como yo de ingeniera aeronáutica.

Desde luego, en esta década se ha escrito y hablado mucho más sobre los distintos formatos y maneras en que se puede adquirir u obtener música que sobre la música misma. En los años 50 tenemos el nacimiento del rock’n’roll; en los 60 el pop moderno, la psicodelia, y la llamada “invasión británica” de grupos británicos de blues como The Yardbirds o The Animals, entre otros; en los 70 tuvimos el rock progresivo, el glam, el punk-rock y la música disco; en los 80 el synth-pop y el house; y en los 90 el brit-pop y el grunge; pero la verdad es que en esta última década no ha habido en realidad nada nuevo; ojo, no digo que no haya habido buena música en los últimos 10 años porque la ha habido, lo que estoy diciendo es que no se ha inventado nada nuevo (quizás porque todo está inventado ya, quién sabe) y no habido uno o dos estilos musicales dominando estos años como los hubo en décadas anteriores. La única novedad ha sido la aparición de todos estos programas como Operación Triunfo, The X Factor o American Idol, de donde salen grupos y solistas manufacturados a más no poder y con el único objetivo de conseguir la fama a cualquier precio.

En efecto, se ha hablado mucho más en estos últimos años de los formatos en los que se puede obtener música que de la música misma: que si bajarse música gratis por internet es un delito, que si está bien que la música sea gratuita, que si la culpa en la bajada de las ventas de CDs no la tiene sólo internet sino principalmente las discográficas y los altos precios de las tiendas, que si los músicos tienen derecho a que se les pague por su obra, etc...

Algunas personas me pedirán que me moje más en este asunto, que diga si estoy a favor o en contra de descargas ilegales o gratuitas de música. Pero la verdad es que, sinceramente, y pesar de lo mucho que he leído y oído al respecto, no tengo una opinión formada en este asunto.

Mi formato de música preferido es el CD original, con su libreto, sus letras, créditos, etc. Sobre todo ahora que muchas obras maestras y grandes álbumes del pop y rock de los 60 y los 70 han sido reeditados con sonido remasterizado digitalmente, canciones extras, y libretos explicativos sobre la grabación del álbum, análisis canción a canción, y además a precio medio. Para amantes de la música estas reediciones son un auténtico tesoro.

Pero debo admitir que en los últimos 2 años también me he bajado algunas cosas de internet de manera gratuita, y que gracias a esto he descubierto grupos y discos que me habrían pasado desapercibidos. Como me gustan muchos estilos de música y los CDs son bastante caros, no me puedo permitir el lujo de comprarme todos los álbumes de grupos que me gustan, y el hecho de poder bajarse cosas por internet es una gran ventaja, por qué negarlo.

Y también he comprado algunos CDs por internet, sobre todo en Amazon.

Pero sí es una pena que las viejas tiendas de discos vayan desapareciendo poco a poco. Siempre me ha encantado pasar los dedos por los CDs de las estanterías de tiendas de discos, ver algún CD que no conocía, descubrir que aquel CD que llevabas tiempo queriendo pillar está ahora a mitad de precio... Todo esto mientras suena de fondo algún CD en la tienda, y en más de una ocasión he acudido al mostrador a preguntar al dependiente qué grupo y qué disco es ese que han puesto y que suena tan bien... Y en más de una ocasión he comprado ese CD y he descubiertos grupos y discos muy buenos que no conocía gracias al hecho de que lo estaban poniendo en el equipo de música de esa tienda.

Y no hay nada como comprar un CD, llegar a casa, abrirlo, y ponerlo en el equipo de música para escucharlo por primera vez, al mismo tiempo que miras e inspeccionas el libreto con la portada del álbum, las letras de las canciones, los créditos de los músicos, etc. Tener música bajada de internet en el disco duro del ordenador no es en absoluto comparable. Aunque, como he dicho antes, no se puede negar las ventajas que tiene a la hora de acceder a música cuando el bolsillo ya no se puede estirar más.

He pasado muchas horas felices en tiendas de discos, momentos inolvidables. En mi ciudad natal había una pequeña tienda en el centro de la ciudad, regentada por un auténtico fan de la música, en la que pasé horas y horas conversando sobre discos, grupos, canciones, música en general. ¡La de grupos y discos que habré descubierto en aquel sitio! Ahora en su lugar hay una tienda de regalos.

Aquí en Dublín las tiendas van desapareciendo también. El ‘Virgin Megastore’ que estaba en O’Connell Bridge, y que tenía un surtido insuperable, cerró hace ya algunos años. Y las tiendas de la cadena ‘HMV’ están bien, pero cada vez tienen menos CDs (si buscas algo medianamente difícil no lo encuentras ni de milagro) y más DVDs y Blu-Rays, juegos de la Playstation 3 y de la Nintendo Wii.

La mejor tienda de discos en Dublín es en la actualidad la de ‘Tower Records’ en Wicklow Street, al lado de Grafton Street. Una auténtica maravilla de 2 pisos repletos de CDs, donde se pueden encontrar muchas obras cumbres del pop y rock de los 60 y 70 a muy buen precio, y con la mejor selección de rock progresivo, rock psicodélico y jazz de toda la ciudad. Es una delicia entrar en esta tienda y escarbar por las estanterías, buscando aquella joya musical que te está esperando para deleitar tus oídos.

Lo que sí he notado desde que vivo en Irlanda es que aquí la gente todavía sigue comprando bastante música (aunque las ventas también han caído, desde luego), mucha más de la que se compra en España, donde la gente se baja música en cantidades industriales. No sé a qué se debe esto, quizás sea una diferencia cultural.

Hay fans y artistas que argumentan que la música debería ser toda de acceso gratuito, para que aquellas personas que no pueden permitírsela tengan acceso a ella. Y también hay otros fans y artistas que dicen que bajarse música gratuitamente es un robo y perjudica al creador; a esto los partidarios de las descargas contestan que no perjudica tanto al músico como a la discográfica, porque la mayor parte del precio de un CD va a las discográficas. Como digo, no voy a tomar partido por uno u otro bando, porque no tengo una opinión formada. Lo que sí tengo claro es que cada vez echo más de menos las tiendas de discos que van desapareciendo.