miércoles, 28 de octubre de 2009

Hablar sin saber

Creo que nunca antes ha sido la gente en general tan dada a hablar de algo sin saber, a comentar temas o discutir sobre algo de lo que no tienen ni idea, como lo es ahora.

Ya casi nunca se oyen, en la radio o en la tele, o en una conversación entre familiares o amigos, las siguientes frases: “De esto no hablo porque la verdad es que no sé nada de este tema”; o “no puedo comentar sobre este tema porque no estoy muy informado al respecto”.

Ahora todo el mundo opina sobre cualquier tema, aunque no tengan ni repajolera idea del tema en cuestión; esto no les impide abrir la boca y soltar su veredicto a los cuatro vientos, con toda solemnidad, como si se tratase de expertos en la materia. Y a veces, muchas veces, meten la pata hasta el fondo y sueltan las mayores barbaridades sin el menor asomo de ridículo o vergüenza.

No entiendo por qué se da ahora tanto esta tendencia. Lo que quiero decir es que, por ejemplo, si yo no sé nada de la política interna de Albania o de ingeniera aeronáutica pues no opino sobre esos temas y punto.

Quizás es porque gracias a internet y a las nuevas tecnologías la información es cada día más accesible, y en cuanto alguien lee el titular de una noticia se ve inmediatamente preparado para opinar sobre el asunto sin informarse a fondo, sin leer los detalles ni la letra pequeña de la noticia, sin conocer todos los aspectos relevantes de la misma. No lo sé. Pero sería ideal un poco más de sentido común en la sociedad, un poco más de reflexión y de información antes de lanzarse a opinar sobre cualquier asunto. Aunque sólo sea para que los gobiernos y los medios no se aprovechen tanto de la ignorancia de la gente y sus prejuicios.

3 comentarios:

  1. Siempre se dijo que "la ignorancia es atrevida". No hay nada nuevo bajo el sol.

    Lo que ocurre ahora, creo yo, es que con tantos medios de comunicación cada vez más avanzados y más globales como internet, hacen que estemos saturados de información.

    Y mucha de la información que nos llega es basura o propaganda. Yo para evitar eso soy selectivo y selecciono porque si no es volverse loco.

    De hecho yo en mi casa no tengo memorizados los canales que echan telebasura y, de los que tengo memorizados, hago una selección de programas que quiero ver. En la radio y prensa igual, así como en internet y blogs porque hay cada uno...

    Yo también escucho en el trabajo, en la calle, en el bar...muchas burradas y barbaridades de ignorantes. Muchas de esas personas lo único que hacen es que repiten como loros lo que han oido en "sus" medios de desinformación y propaganda. Y enciman te dicen que el ignorante e inculto eres tú.

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  2. Muy bien dicho. Un amigo me comentó una vez de un estudio hecho por un señor que le dio a todo esto que usted acaba de comentar el significado de la expresión en inglés "bull shit", lo cual me pareció muy gracioso.
    Sabe, mi opinión sobre esta suerte de incontinencia verbal en tantas personas se debe en parte al relativismo diletante. La filosofía de hoy es que todos pueden hacer y decir cómo quieran y cuánto quieran sobre cualquier tema como si fuera un derecho (como si siquiera tuviera algo que ver con la disciplina del derecho). La verdad y la falsedad ya no existen, tan sólo opiniones, puntos de vista. No sólo Dios ha muerto y la moral es ideología medieval, sino que las propias concepciones entre un buen acto y un mal acto están completamente desdibujadas. Es parte de una gran corriente histórica que está desembocando en la confusión en todos los sentidos: en política, en moral, en ética, en el lenguaje y bueno ahora hasta en la economía. Es todo un gran desorden. Lo que usted habla es parte de este gran desorden.

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  3. Tienes toda la razón. Y hsta debería reconocer sonrojándome que lo haya hecho alguna vez yo también. Nos invade la información y tenemos muchas referencias, lo cual no quiere decir que tengamos idea de lo que decimos, pero es un apoyo que nos hace ser ignorantemente atrevidos. Nos llega información, manipulada, claro está, y muchas veces no somos capaces de darnos cuenta de que intencionadamente nos dicen sólo una parte que nosotros cacareamos sin parar.

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