miércoles, 2 de septiembre de 2009

A espaldas del ciudadano


Los irlandeses van a votar de nuevo en referéndum el próximo 2 de octubre si aceptan o rechazan el llamado Tratado de Lisboa.

Conviene recordar que los irlandeses ya votaron en referéndum sobre el Tratado de Lisboa en junio de 2008, con una diferencia de 53.4% votos en contra del Tratado frente a 46.6% a favor del mismo.

Por eso, debo decir que comprendo perfectamente el enojo de muchos irlandeses, que ven –y no es la primera vez que esto pasa- que su decisión democrática no sirve de nada y que el referéndum se vuelve a repetir en un intento del gobierno de Irlanda y de la Unión Europea de obtener por fin el resultado que quieren.

Ahora bien, dicho esto conviene también puntualizar que esta vez se le han ofrecido a Irlanda una serie de garantías con respecto a su neutralidad, a sus leyes sobre el aborto y a su régimen fiscal que no estaban aseguradas cuando se votó sobre el Tratado en el primer referéndum. Estas cláusulas garantizan que:

1) Irlanda seguirá siendo un país neutral; fue neutral en la Segunda Guerra Mundial, lo ha seguido siendo desde entonces, no forma parte de la OTAN, y los irlandeses se muestran muy orgullosos de su neutralidad.

2) Irlanda seguirá teniendo sus propias leyes con respecto al aborto. Hoy por hoy, el aborto es ilegal en Irlanda.

3) Irlanda seguirá manteniendo su propio régimen fiscal, con unos impuestos bajos, sobre todo en lo que se refiere a empresas y negocios, algo que favoreció el boom económico de los 90 al decidir así muchas empresas instalarse en este país.

Aún con todo esto, comprendo como digo el enfado de muchos irlandeses al tener que votar por segunda vez, y muchos de ellos comentan enojados que van a votar ‘no’ porque eso es lo que votaron la primera vez y quieren que tanto el gobierno como la UE les escuche de una vez por todas.

Muchas personas también van a votar ‘no’ como un modo de protestar contra la crisis y, sobre todo, contra la manera en que el gobierno la está afrontando.

Irlanda es el único país en el que el Tratado de Lisboa se somete a referéndum. En los demás países de la UE el Tratado se ha votado en los respectivos parlamentos. Y si se somete a referéndum aquí en Irlanda es tan sólo porque la aprobación del Tratado traería consigo la modificación de algunos puntos de la Constitución de Irlanda, y la misma Constitución indica que es necesario un referéndum para modificar cualquiera de sus artículos o puntos.

Por eso cabe preguntarse qué es lo que habría pasado si los ciudadanos de los demás países de la UE hubiesen tenido también oportunidad de votar en un referéndum. ¿Cuántos países habrían dicho ‘no’ al Tratado de Lisboa? ¿Cuántos ciudadanos de la UE habrían rechazado entonces el Tratado?

Y es que si algo caracteriza a la Unión Europea es que, desde hace ya mucho tiempo, se viene construyendo de espaldas a la ciudadanía, sin contar con su voz ni con su voto. Sólo tenemos derecho a elegir parlamentarios europeos, eso es todo. Y las campañas para estas elecciones europeas, como bien hemos tenido ocasión de comprobar hace tan sólo un par de meses, giran en torno a todo excepto Europa: temas exclusivamente nacionales, casos de corrupción, descalificaciones de unos a otros, etc. Pero nunca, o casi nunca, se oye a un político decir “este es mi proyecto de Europa” o “hacia aquí creo que debe marchar Europa” o “por estas razones creo que la Unión Europea es necesaria”...

La UE se ha transformado en un monstruo administrativo y burocrático, una entidad que toma cada día decisiones que afectan directamente a los ciudadanos europeos, pero a la espalda de la ciudadanía, sin que los ciudadanos lo sepan en la mayoría de los casos, y sin tener la posibilidad de decidir.

Hace unas semanas vi un reportaje muy interesante en el canal de noticias Euronews sobre algunas decisiones que se habían tomado en la UE recientemente para intentar facilitar la vida de los ciudadanos europeos; muchas de estas decisiones eran muy importantes y significativas y, sin embargo, no se informa a la ciudadanía como debiera ser del trabajo que realiza día a día la Unión Europea. Y cuando llega la oportunidad de hablar de todo ello, por ejemplo cuando llega el momento de las elecciones europeas, los políticos prefieren tirarse los trastos a la cabeza y hablar absolutamente de todo menos de Europa, como he dicho anteriormente. Y esto no ocurre sólo en España, también lo he visto en Irlanda, y me atrevería a afirmar que ocurre en todos –o casi todos –los países de la UE.

Se necesita construir una Unión Europea mucho más democrática, una Europa que tenga al ciudadano y la mejora de su vida diaria como centro y fin de su razón de ser, eliminando todas las trabas burocráticas que sean innecesarias; se necesita mejorar los canales de comunicación con la ciudadanía, informando a las personas de las decisiones que se toman día a día en la UE y de cómo repercuten en su vida diaria.

Si bien también es verdad que, para que nos expliquen ciertas decisiones que se toman en la UE, pues quizás es mejor que se estén calladitos. Me refiero sobre todo a la llamada directiva de la vergüenza, aprobada por la UE el año pasado y que, entre otras lindezas establece lo siguiente: que los inmigrantes “sin papeles” pueden ser detenidos hasta un máximo de 18 meses, que puede ser una autoridad administrativa –y no exclusivamente un juez- la que decida la detención de los inmigrantes en los llamados Centros de Internamiento de Extranjeros antes de proceder a expulsarlos, y que los menores no acompañados también serán detenidos. También establece que los expulsados no podrán volver a pisar suelo europeo hasta que no pasen al menos 5 años.

Mediante esta Directiva, Europa se transforma más aún en una fortaleza policial, que al mismo tiempo que permite la libre circulación de capitales, productos y servicios, criminaliza el simple hecho de ser inmigrante sin recursos y sin papeles, obligándolos a volver a su tierra, como si de meros delincuentes se tratase. Esta es una directiva que atenta claramente contra los más elementales derechos humanos y que, sin embargo, la mayor parte de nuestros parlamentarios europeos aprobaron sin remilgos.

5 comentarios:

  1. «Nunca, o casi nunca, se oye a un político decir “este es mi proyecto de Europa"» comentas. Creo que esto es importante. Creo que se está construyendo una Europa independiente de la ciudadanía, una Europa artificial que no representa al pueblo sino que se sostiene en un conglomerado de intereses políticos y económicos, ajenos al ciudadano. Y es básico que los europeos tengan conciencia de formar parte de un conjunto, también cultural y social, para que Europa prospere por la vía democrática.

    Tienes razón en que no se informa, ni se da a Europa el peso mediático que se merece, de ahí que a pesar de que muchas de nuestras leyes se decidan en el Parlamento Europeo, la abstención sea mucho mayor en unas europeas que en unas generales, que también es consecuencia de la falta de conciencia de grupo de los europeos de la que hablaba. Si todos españoles hubieran conocido la directiva de la vergüenza, que muy bien criticas, y otros asuntos que se cuecen en Bruselas, y fueran conscientes de su impacto y consecuencias, el pasado 7 de junio los colegios electorales habrían estado hasta arriba, y la democracia europea sería algo más real.

    Una curiosidad; al igual que los medios y los ciudadanos desinformados, los partidos políticos tampoco ofrecen a Europa todo lo que se merece. No hay más que ver las listas de candidatos a eurodiputados que se presentaron en junio repletas de "jubilados" de la política, segundones, amigos y familiares, como la del PP que incluía a un cuñado de Rajoy, a la hija de Fraga y al hermano de Ana Mato, entre otros. Por cierto, la lista de candidatos del partido de Berlusconi parecía la de un certamen de Miss Italia.

    Un saludo! y me apunto como seguidor ;)

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  2. Muchas gracias por tu comentario, y también por apuntarte como seguidor. Espero que el blog te guste y te interese. Claro está, habrá algunas entradas que te interesen más que otras, pero espero que en general te guste. Un saludo cordial.

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  3. Excelente artículo, muy bien resumido y claro. Sinceramente, espero que Irlanda vote SÍ a Lisboa, más que nada para que 5,6 millones de personas no condicionen a más de 400 millones (población de Europa).

    Un cordial saludo,
    Descubre Irlanda

    Más info sobre Lisboa:
    http://descubreirlanda.blogspot.com/2009/06/irlanda-repetira-su-referendum.html

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  4. Hola, amigo:

    Me gusta tu blog. Yo también te linkeo.
    Saludos

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  5. A mi el proyecto de la Unión Europea me parece apasionante pero veo que se está truncando por la cabezonería de algunos países. Se han llevado a cabo muchas medidas que nos han mejorado a todos como quitar las fronteras, la moneda única, el espacio europeo de educación... En definitiva, que Europa se porte como una piña en el ámbito internacional para ser la primera o segunda potencia mundial. Por eso que no acabo de entender el empecinamiento de algunos países que se están empeñando en lanzar torpedos bajo la línea de flotación de la UE.

    Me gustaría que siguiéramos el proceso de integración con una constitución europea, una policía europea... Dentro de España los nacionalismos con el egoísmo que los caracteriza están haciendo perder dinero a lo tonto con policías autonómicas y demás, venga a multiplicar los recursos y haciendo que su eficiencia decrezca de forma muy importante. Y lamentablemente muchos de los países sólo son europeos para cobrar fondos pero en cuanto se exige poner algo de parte de cada cual noooo, que perdemos no se qué cosas. Pues estamos o no estamos, a nadie se le ha obligado a estar ahí. Si Polonia y varios países del este se quieren meter, perfecto, pero con todas las consecuencias y no sólo para cobrar dinero. Y si los que están dentro no están a gusto, pues que se salgan: dícese Irlanda, dícese Reino Unido y dícese el que se quiera. Si Suecia, Dinamarca o UK no quieren usar el euro pues nada, que se salgan y punto.

    Por eso pediría a todos los países más voluntad para involucrarse en este apasionante proyecto europeo. Y nada, si no interesa carpetazo y todos a casa, pero que no mareen la perdiz.

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