Fumar en lugares públicos

Trinidad Jiménez, Ministra de Sanidad, dijo hace algunas semanas que creía que la sociedad española estaba lo suficientemente madura para una ampliación de la ley anti-tabaco y una prohibición total de fumar en lugares públicos.

Cada vez que visito mi tierra natal, y lo hago varias veces al año, me doy más cuenta de que la Ley del Tabaco y la Hostelería (también llamada ley anti-tabaco), que entró en vigor el 1 de enero de 2006, es una chapuza total.

Recapitulo: la ley permite que los propietarios de locales de ocio, bares y restaurantes de menos de 100 m2 elijan si permiten fumar en sus establecimientos o no, debiendo indicar en la puerta la opción elegida; los locales que tengan una superficie destinada al uso público mayor de 100 m2 deben indicar también la opción elegida y, en el caso de optar por permitir fumar, se debía habilitar una zona de fumadores separada y señalizada que no podía superar el 30% de la superficie útil del local ni los 300 m2. Finalmente, se dio de plazo hasta el 1 de septiembre de 2006 para acometer reformas con el fin de que las zonas para fumadores estuvieran completamente compartimentadas y contaran con un sistema de ventilación independiente.

Pues bien: esto ha dado lugar a que en mi ciudad natal no se pueda entrar en la mayoría de los bares o cafeterías a no ser que estés dispuesto a tragar malos humos, puesto que la mayoría de locales tienen menos de 100 m2 y han optado por permitir fumar. Durante las pasadas navidades, que pasamos en mi ciudad, mi mujer, mi hija (que por entonces tenía 6 meses) y yo acudimos en ocasiones a citas con varios familiares y amigos en lugares públicos, y muy a menudo nos resultó imposible encontrar un lugar público que no estuviese lleno de humo, con las consecuencias negativas que esto conlleva, sobre todo para una niña de 6 meses.

Además, la mayoría de lugares con una superficie mayor de 100 m2 parecen haber optado también por habilitar un espacio para fumadores, con el enorme gasto que esto supone. Gasto que es bastante probable que haya sido inútil, si tal como apuntan las predicciones se aprueba pronto una prohibición total de fumar en lugares públicos.

Las palabras de la Ministra sobre la ampliación de la ley anti-tabaco han recibido muchas críticas negativas: que si vamos hacia un estado totalitario y prohibitivo, que si ya somos mayorcitos para saber lo que hacemos, que si el gobierno no se debería meter en nuestras vidas, etc. A las personas que dicen todo esto yo les recordaría que no se les va a prohibir fumar en su casa o en la calle, pero que no veo porqué en lugares públicos otros usuarios de esos lugares públicos y las personas que trabajan en los mismos tienen que verse obligadas a tragar a todas horas sus malos humos, ser fumadores pasivos, al fin y al cabo, con el riesgo para la salud que esto conlleva. Frente a los derechos de los fumadores se encuentran los derechos de los no fumadores a usar un local público y poder respirar un aire limpio de humo y de tabaco.

Creo que la ley de 2006 es una chapuza porque el presidente Zapatero, como hace en muchas otras cosas, intentó contentar a todo el mundo, fumadores y no fumadores, y propietarios de locales públicos, y al final no dejó contento a nadie. Se podría haber aprobado una ley que incluyera una prohibición total de fumar en locales públicos, como ocurre en otros países europeos de nuestro entorno; hubiera supuesto un ahorro un importante de tiempo y de dinero. Pero claro, eso habría enfadado a mucha gente y a Zapatero lo que le gusta es intentar dejar contento a todo el mundo. Aunque al final, como digo, no deje contento a nadie. He comentado todo esto con familiares, amigos y conocidos, algunos de ellos fumadores, y la mayoría de ellos están de hecho de acuerdo con este diagnóstico de la situación.

Irlanda, donde vivo, fue el primer país de la Unión Europea en aprobar una prohibición total de fumar en lugares públicos. Entró en vigor en la primavera de 2004. Recuerdo que hubo una fuerte oposición a ley en el tiempo que pasó entre su aprobación y su entrada en vigor: la gente comentaba que nadie iba a respetar esta ley, que no iba a dar resultado, que era algo ridículo... Y sin embargo resulta que de la noche al día todo el mundo se acostumbró a salir a la puerta de bares y restaurantes a echar el cigarrillo. Y eso que el clima en Irlanda es mucho más frío y húmedo que en España, y el invierno bastante más largo. Pero no hubo ningún incidente de importancia. Y así sigue la cosa hoy en día: la gente se ha acostumbrado a la ley y ya casi nadie la discute o se opone a ella. Como digo, si esto se hace en Irlanda (y también en Inglaterra), donde el clima es más duro, no veo porqué no va a poder hacerse en España. Lo que hace falta es voluntad política.